Ocho horas de angustia para evitar el suicidio de un leonés en la autovía

Aun a pesar del abultado número de sucesos con los que lidian a lo largo de sus carreras, es poco probable que los psiquiatras, médicos, policías y bomberos que ayer evitaron que un hombre se lanzase al vacío desde el viaducto de La Consolación -Principado de Asturias- olviden la madrugada de este viernes. Fueron necesarias ocho horas de despliegue, miedo y tensión para lograr que el sujeto, finalmente, desistiese de su intención. En cualquier caso, el operativo obligó a restringir el tránsito de vehículos por la autovía A-8 en dirección a Oviedo y Gijón, así como en la carretera AS-17, que discurre bajo la anterior.

Los primeros avisos llegaron a la centralita de los servicios de emergencias en torno a las dos de la madrugada. Testigos que transitaban por allí notificaron que un hombre había sorteado la barandilla lateral y permanecía de pie al otro lado, de espaldas a la vía. De inmediato acudieron al lugar efectivos de la Guardia Civil, bomberos procedentes del parque de Pravia y dotaciones médicas. Estas últimas pronto fueron reforzadas por un equipo de atención psicológica.

Con las negociaciones iniciadas, la Benemérita restringió el tráfico en el carril más cercano, para que la labor disuasoria se hiciese cómodamente. Al mismo tiempo, la Policía Local de Corvera hizo lo propio en uno de los carriles de la AS-17 en sentido Oviedo, en previsión de un fatal desenlace que, por fortuna, no se llegó a dar. Así, tras horas de charla, y después de que incluso el hermano del hombre colaborase vía telefónica para contribuir a la tarea, el sujeto, identificado como barcelonés y con domicilio en León, volvió a saltar la barandilla a las diez de la mañana, esta vez en sentido inverso, y se puso en manos de los sanitarios, que lo trasladaron a dependencias hospitalarias.

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