El impulso del leonesismo y sus limitaciones en ocho claves

Razones históricas, políticas, sentimentales y también estadísticas se mezclan en una situación que ha cobrado interés a través del nuevo alcalde de León, el socialista José Antonio Diez, principal impulsor de reabrir un debate que le ha situado cerca de los tradicionales postulados de la Unión del Pueblo Leonés, su socio de gobierno municipal.

Estas son algunas claves de esta situación, avivada desde que el pasado viernes el Ayuntamiento de León, con los votos del PSOE, la UPL y un concejal de Podemos, suspendido cautelarmente de militancia por pactar con los socialistas, aprobó una moción para pedir a los parlamentos autonómico y nacional que permitan la segregación de León para constituirse como Autonomía.

El debate sobre si el antiguo Reino de León debía o no integrarse en la actual Comunidad de Castilla y León no es nuevo. Se remonta a la Transición, cuando se defendían argumentos en uno y otro sentido, apoyados en los momentos históricos en los que los antiguos reinos de León y Castilla estuvieron unidos o separados. Finalmente, los grandes partidos optaron por crear una única comunidad autónoma, integrada por nueve provincias.

La Unión del Pueblo Leonés (UPL) ha sido el partido que ha abanderado esta reivindicación, con fases alternativas de un mayor y un menor apoyo electoral a nivel municipal y autonómico, pero con una representación máxima de tres procuradores en las Cortes de Castilla y León (1999) y sin conseguir prender en las provincias de Zamora y Salamanca.

Actualmente, tiene un representante en el Parlamento autonómico, su líder Luis Mariano Santos. El auge de los partidos regionalistas ha llevado a la UPL a presentarse en las últimas elecciones generales, pero sin conseguir representación en el Congreso.

El alcalde de León, José Antonio Diez, defiende que se debe reabrir un debate sobre el diseño de la Comunidad de Castilla y León. El apoyo de la UPL para su gobierno es determinante. Además, el recurrente enfrentamiento del regidor con su compañero de partido, el alcalde de Valladolid y portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Óscar Puente, sobre el desarrollo territorial de la Comunidad, ha alimentado también un sentimiento de agravio que se ha concretado en la moción recientemente aprobada.

Los leonesistas no solo tiran de argumentos identitarios, sino que apelan a los desequilibrios económicos entre provincias como Valladolid y Burgos, con un PIB notablemente superior al de las de León, Zamora y Salamanca. A estos problemas de desarrollo industrial y económico se suman y se ven complementados por los malos datos de despoblación de estas tres provincias del oeste.

La moción que la Unión del Pueblo Leonés (UPL) está presentado en los municipios habla de que la «Región Leonesa tiene derecho a constituirse en comunidad autónoma, instando a las Cortes autonómicas a iniciar los trámites para la consecución de la autonomía de la Región Leonesa de las tres provincias que lo conforman: León, Zamora y Salamanca».

Los promotores de esta iniciativa se esfuerzan por desvincular este movimiento del independentismo catalán y remarcan cada vez que tienen oportunidad que se trata de una vía constitucional y comprometida con el cumplimiento de la ley. La aprobación de las mociones en ayuntamientos no van más allá de la reivindicación política.

La principal limitación a esta aspiración leonesista surge de los principales partidos que deberían votar los cambios necesarios para que se materialice la autonomía de León. Tanto el PSOE como Podemos, al igual que el PP y Ciudadanos, han manifestado a nivel autonómico que rechazan el planteamiento de segregación, lo que hace inviable que pueda prosperar en una votación en las Cortes de Castilla y León. También a nivel nacional ha habido rechazo.

En cascada, a raíz de la aprobada en el Ayuntamiento de León, hasta siete pequeños municipios de la provincia de León se han sumado a esta demanda de autonomía para León -Matadeón de los Oteros, Crémenes, Cabrillanes, Castrocontrigo, Valderrey, Santa María del Páramo y Cuadros-, en su mayoría con textos presentados por UPL y apoyados en algunos casos por concejales del PP y de Cs y también de agrupaciones independientes.