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Tras gobernar el Hospital del Bierzo, en el que mantuvo unos altos cánones de excelencia, a Alfonso Rodríguez-Hevia le toca ahora asumir la responsabilidad de dirigir el Complejo Asistencial Universitario de León (Caule), un 'trasatlántico sanitario' sometido a una enorme exigencia y responsabilidad.
Hevia toma ... el relevo a José Pedro Fernández, quien durante lo más duro de la pandemia asumió el liderazgo de la Atención Primaria y que ha empleado los últimos seis meses en mantener ordenada una 'casa' sometida a un estrés incesante desde que la pandemia se hizo presente.
La herencia del último gerente es visible hoy en la reordenación y desaparición de las plantas covid para la integración de este tipo de pacientes en la estructura médica ordinaria.
«Esa desescalada se está haciendo visible hoy mismo en las áreas de pediatría y ginecología», reconoce ahora Hevia, quien apenas tiene tiempo para atender el teléfono entre reunión y reunión.
El nuevo gerente ni tan siquiera entra a valorar los motivos que han forzado su llegada y se limita a resolver la cuestión con una visión realista: «Este es un cargo de confianza. Un día te nombran y otro día te cesan. Por eso yo quiero agradecer la confianza que han depositado en mi persona en este momento».
Llega al Hospital de León con un reto: modernizar y gestionar con eficiencia. Y no es sencillo en un mundo que se mueve a velocidad de vértigo: cerca de 6.000 trabajadores, 1.300 consultas cada día, 350.000 usuarios al año, 700 pacientes en planta, 350 urgencias en una única jornada, equipos médicos, de enfermería, técnicos, de mantenimiento, personal de todas las áreas y todas las disciplinas en un microplaneta en el que la salud es lo más importante.
Y ante ese reto, advierte, solo se puede llegar con «una enorme voluntad de trabajo y con una enorme ilusión», remarca Alfonso Rodríguez-Hevia, quien en la última etapa profesional había gestionado la firma berciana Herrero Brigantina.
Las primeras horas, advierte, son «para tomar el pulso», para «ver las necesidades» y analizar la situación. Lo primero, la radiografía. Después, las decisiones.
Su apuesta personal irá de la mano de la «innovación» y la «salud digital», dos áreas en las que hace especial incidencia desde un primer momento. Y en esa línea se encuentran las UCI, un área pendiente de ampliación, con un proyecto sobre la mesa que ahora parece estar guardado en un cajón y sobre el que no se pronuncia.
«Desde el mismo momento en el que hablamos de innovación y de mejorar en todas las áreas que sea posible estamos hablando también de las UCI, pero ahora mismo no puedo hacer una valoración sobre un aspecto puntual», remarca.
En las próximas semanas su labor será de observación y de consulta (casi médica). Asegura que llega con los ojos bien abiertos, los oídos afinados y las ideas claras. Pero hoy toca tener pausa. Las decisiones, paso a paso, deja entrever.
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