El nombramiento de Ester Muñoz tensiona al PP de León, que cuestiona su perfil para el cargo

Ella aterriza en León con un cometido que está muy por encima de la exigencia propia del cargo. Su predecesor, Juan Martínez Majo, no solicitó voluntariamente el relevo en el cargo ni decidió abandonar el cómodo sillón de 61.000 euros anuales por una cuestión 'personal'.

Simplemente, Martínez Majo fue cesado por lo que el propio presidente de la Junta consideraba una insoportable falta de actividad pública. «A todos los efectos la Junta no existe en León con su representación», han remarcado fuentes populares.

En realidad el cese se venía mascando desde hace semanas, muchas semanas, pero no se materializó hasta este jueves cuando se oficializó un trámite que todos esperaban menos el propio interesado.

Con Majo fuera del tablero y testimonialmente asentado como asesor sin funciones en Valladolid el propio presidente de la Junta ha iniciado lo que se podría denominar como la 'reconquista' del PP en la provincia.

De algún modo Ester Muñoz llega para ser el 'antídoto' al nuevo presidente provincial de los populares, Javier Santiago Vélez, a quien no se consultó el recambio en la delegación de la Junta.

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De ahí que se trate de un relevo «imprevisto por la elección, provocador por lo que contiene y definitorio del poco material humano con el que contamos en el partido», se remarca desde el propio partido en León.

Ester Muñoz llega para hablar «más alto» que el actual presidente del PP local, en la medida de lo posible, con una intención clara de laminar la presencia pública del máximo representante popular a nivel local y, por extensión, distanciar las siglas del PP del denominado «leonesismo social».

En el PP de Valladolid incomoda sobremanera el discurso 'leonesista' de Javier Santiago, y eso es algo que ahora se quiere atajar de raíz.

Y por ahí se entiende y se justifica la elección de Ester Muñoz, siempre fiel al partido, siempre dispuesta a atropellar con su discurso, siempre impulsiva hasta proponer que no se ponga publicidad institucional en los medios que no considera como afines y siempre desconsiderada si la ocasión así lo requiere.

«No es la persona ideal, pero es lo que tenemos», han remarcado desde el propio Partido Popular en una especie de anuencia muy forzada, extraordinariamente forzada.