«Debemos incrementar algún quirófano. Un hospital como este necesita uno híbrido»

Llegó a la gerencia del Hospital de León en mayo de 2022. Con el reto de ponerse al frente de uno de los complejos asistenciales más grandes de la comunidad en plena época pospandemia, Alfonso Rodríguez-Hevia se ponía como reto modernizar el Caule y avanzar en una gestión más eficaz de los más de 4.000 trabajadores del centro que cuenta para este 2024 con un presupuesto superior a 400 millones de euros.

Tras dos años en el puesto que afronta con «la misma ilusión», el gerente destaca el «salto cualitativo» que se ha dado especialmente en infraestructuras desde el punto de vista del diagnóstico y el tratamiento con la reposición de aparatos. En concreto, destaca Rodríguez-Hevia dos «hitos» para el Caule. Por un lado, la puesta en marcha del tercer acelerador lineal; y, por otro, la implementación del PEC-TAC, un sistema con el que no contaba el Caule y que, hasta su puesta en marcha en abril, obligaba a los pacientes a desplazarse a Salamanca y Burgos. «Ahora lo podemos hacer aquí y es algo muy relevante y representativo de estos años», celebra el gerente.

Otra de las patas fundamentales es el personal del Hospital. Reconoce que el proceso de estabilización de personal con el concurso de traslados ha supuesto un «reto» en la gestión de los diferentes servicios, pero confía en un futuro cercano en el que ganar en consolidación de plantillas. En ese sentido, celebra el programa de estabilización de residentes que ha logrado que 33 de ellos, al finalizar su etapa en el Caule, se hayan quedado en León.

Realizamos esta entrevista de balance con el gerente en verano, una de las épocas donde siempre está en boca de todos los problemas para encontrar profesionales. Recuerda Rodríguez-Hevia que el pasado año hubo problemas especialmente en enfermería, pero cree que este 2024 «afortunadamente estamos en una buena disposición».

Según explica, el plan estival de este año ha contratado 160 profesionales de enfermería y técnicos auxiliares. Al tiempo, destaca que «prácticamente un 60% de los egresados de este año de la escuela de enfermería de León están trabajando con nosotros», a los que se suman «profesionales de otras comunidades, sobre todo Extremadura y Andalucía», que también se han incorporado». «Esto es un buen signo porque quiere decir que tenemos capacidad de atraer profesionales de otros sitios y eso dice mucho del trabajo que se hace en el Hospital de León», concluye.

Para esa atracción de profesionales la hipotética facultad de medicina de León podría ser un revulsivo. Aunque deja a la esfera política y académica el desbloqueo de la situación que se espera retomar a la vuelta del verano, Rodríguez-Hevia destaca el trabajo en investigación que se desarrolla desde el Caule, con más de 400 estudios clínicos realizados, y el importante impulso en este sentido que supone el recientemente inaugurado Instituto Biosanitario.

Entre los proyectos pendientes, no se puede pasar por alto la eterna espera para la ampliación de la UCI. Tras el anuncio de la obra para el área de reanimación, ya se han comenzado las conversaciones para estudiar el diseño de la futura UCI, que con ambos servicios creará un potencial de 44 camas para pacientes críticos estando el Caule en unas condiciones «más que suficientes para atender no solo la capacidad quirúrgica que tiene el hospital sino también incidencias que puedan surgir en el futuro».

Desde la gerencia ya se trabaja en la puesta a punto del proyecto que creará esa UCI, y el responsable confía en que 2025 sea un año «de mucho movimiento» y «a finales de el próximo año o principios del siguiente» el hospital pueda estar «en disposición» de acometer el inicio de los trabajos de unas obras que «por unas razones o por otras se han complicado».

También faltan pasos en urgencias, a la espera de mejoras tras la consecución de la primera fase. Una actuación que «viene condicionada por la propia actividad de un servicio tan sensible como urgencias» pero que el gerente confía en que pueda avanzar -sin atreverse a dar plazos- empezando por «trasladar y mejorar el box cero donde se atiende a los pacientes críticos», para más tarde «entrar en los boxes generales y en las consultad de traumatología que también tienen mucho movimiento».

Una de las principales polémicas que ha rodeado la etapa del gerente al frente del Hospital de León se centraba en el servicio de cardiología. Aunque reconoce que la segunda sala de electrofisiología del servicio ha «tardado un poco más de lo previsto inicialmente en acabar con la dotación y eso generó una serie de disfunciones», asegura que el problema «ya está solucionado y, «en el futuro estaremos en condiciones de hacer unas técnicas que de momento no se pueden abordar».

Recordando que su prioridad es «sacar el mayor partido posible a los dispositivos que tenemos» pero primando «la seguridad de los pacientes», el gerente asegura que «no todos los hospitales pueden tener de todo» en referencia a la polémica a nivel autonómico del programa de trasplantes. «Sería una barbaridad que nosotros reivindicáramos ahora un programa de trasplantes. No todos los hospitales pueden tener de todo y aquello que hacemos o podemos hacer lo tenemos que hacer de la mejor manera desde el punto de vista técnico, científico y de la seguridad de los pacientes».

¿Qué retos le quedan por delante? Para empezar, cree Rodríguez-Hevia que el hospital leonés acusa un «problema de espacio» porque su capacidad de crecimiento está «bastante limitada». En un futuro, le gustaría incrementar «algún quirófano y, sobre todo, que en los próximos años pudiéramos tener un quirófano híbrido» porque «en un hospital como este es necesario».

Liberar espacio de almacenaje para dedicarlo al tema asistencia o implementar mejoras para incentivar la asistencia de los pacientes en casa, mejorando la eficacia de la gestión hospitalaria y la comodidad del paciente son otros retos que se marca el gerente que afronta ya su tercer año al frente del Caule.

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