La música no volverá a sonar en El Traga

La música no volverá a sonar. El Traga apaga sus luces de forma definitiva y la noche leonesa pierde a uno de sus referentes en el ocio nocturno. Tras 20 años de vida, este pub ha dicho basta tras años divirtiendo a los jóvenes y no tan jóvenes de León. Para el recuerdo quedan sus noches de copas y bailes, sus martes de Erasmus o sus jueves universitarios, por donde casi todos los leoneses, han pasado en los últimos años.

Pese a ser uno de los locales de referencia en el mundo de las copas y los bailes, la crisis económica generada por la pandemia del Coronavirus ha puesto punto y final a una historia de casi dos décadas, que ya desde el principio prometía no ser tranquila: «Abrimos nuestras puertas un 20 de junio de 2002, la Huelga General del 20J», recuerda Lorenzo, su propietario. «A las horas de abrir aparecieron aquí los piquetes y nos cerraron ya esa noche. Así empezamos una vida movida con el Traga».

Año tras año, la oferta de entretenimiento de este pub se ha ganado a cada nueva generación que comenzaba sus andaduras en el mundo de la noche, tanto de leoneses como de los alumnos extranjeros que recalaban en la ciudad gracias al programa Erasmus. Las fiestas de los martes quedarán huérfanas, pues El Traga se convirtió en un punto de reunión cada semana para estos estudiantes. Su programa y su oferta de actividades no quedaba en la noche, pues entre sus paredes se han vivido cientos de fiestas, pero también muchos cafés toreros en su terraza o partidos de fútbol en sus pantallas.

«El Traga en estos casi 20 años ha vivido mil y una noche como quien dice. Cuántos matrimonios se han forjado en el Traga, cuántos divorcios se han forjado en el traga, pues desde los Erasmus que han estado media vida con nosotros, a eventos como los Remember con los desempleados, a organizar la Vuelta Ciclista a España cuando paraba en León», enumera con tristeza el hostelero que ha regentado este local por dos décadas. «Es un icono de la noche leonesa, todo el mundo pasó por el Traga».

Lorenzo Pardo y León separan sus caminos. La pandemia ha sido la gota que colmó el vaso de un sector que, tal y como asegura, ya llegó herido a la crisis sanitaria: «Empezamos en la crisis del 2008, que a León llegó en el 2010, y desde entonces la hostelería ya no era lo que era», señala. «Y ahora con la Covid ya ha sido la puntilla que puso el fin al ocio nocturno. Llevamos un año sin poder trabajar, hará ahora en marzo, pues no vemos un futuro en la ciudad. Hemos decidido cerrar, no hay otro motivo. Con todas las prohibiciones y todas las restricciones es imposible, es inviable económicamente. A pesar de todos los pesares no nos queda más remedio que cerrar, coger las maletas y marcharnos».

Su destino será el levante español, con el objetivo de seguir viviendo de su sector: «Nos vamos a zona de costa, donde los turistas previsiblemente llegarán antes y se moverá un poco más lo de la hostelería. Somos hosteleros, llevamos toda la vida siendo hosteleros y moriremos siendo hosteleros»

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