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Fue uno de los peores crímenes que se recuerden en Gijón. El 12 de diciembre de 1986, Valentín Gómez, 'El Argentino', había secuestrado a la niña Celina, de once años de edad, a su salida del colegio público Ramón Menéndez Pidal, 'La Escuelona'. «El ... cadáver de la menor fue descubierto dos semanas después, en una pequeña casa deshabitada de la localidad leonesa de Villaseca de Laciana, a la que 'El Argentino' trasladó a la víctima, aún con vida».
Impactó tanto aquel suceso que ahora la noticia de la muerte del raptor confeso (no así violador ni asesino, cargos que nunca reconoció pero por los que igualmente fue condenado) sonó casi a alivio en la ciudad donde actuara por última vez, que no la primera.
Ocurrió en el penal de Burgos. Allí cumplía pena 'El Argentino' cuando, dentro de su propia celda, «recibió varias puñaladas en el cuello y en el tronco», muriendo en el Hospital General Yagüe pocos días después. «Ya hay dos personas inculpadas en relación con el suceso», dijimos entonces; todo apuntaba a «un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas».
Leonés, de Hospital del Sil y con 52 años de vida a sus espaldas en el momento de su asesinato, el historial delictivo de 'El Argentino' se había iniciado siendo niño. Entonces fue cuando «comenzó a cometer pequeños robos en la localidad leonesa de Fabero, a la que se trasladó su familia».
Después, lo demás. Se fugó de casa, emigró a la Argentina -de ahí su apodo-... «En 1984, de regreso a España, atracó en la localidad de Ponferrada a un taxista, en compañía de un sobrino, acción que le supuso una condena de cuatro años de prisión». Fue entonces, entre rejas, cuando conoció al padre de Celina.
Por el asesinato de esta niña, por su secuestro y por su violación «fue condenado, finalmente, a 36 años y dos meses de prisión, con la atenuante de enfermedad mental».
Intentaría evadirse de la prisión de León, de la de Valladolid también y, en la cárcel de Acebuche, en Almería, protagonizaría otro intento de fuga, esta vez acompañado de un preso de La Felguera. Un historial poco envidiable que finalizaba, ahora, de la forma más abrupta posible.
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