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León ha recuperado este miércoles la tradición de la misa en el rito hispano-mozárabe. Inés Santos

'Missale Hispano-Mozarabicum'

La Basílica de San Isidoro regresa al año 656 para revivir la misa en rito hispano-mozárabe, un rito litúrgico que estuvo vigente desde la cristianización de esta hasta el siglo XI y que de forma excepcional se recupera en el templo leonés

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León

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 20:54

Missale Hispano-Mozarabicum. La Basílica de San Isidoro regresa al año 656 para revivir la misa en rito hispano-mozárabe, un rito litúrgico que estuvo vigente desde la cristianización de esta hasta el siglo XI y que de forma excepcional se recupera en el templo leonés.

Esta celebración es una de las más importantes dedicadas a la Virgen María en el calendario hispano y se celebra ocho días antes de la Navidad y que es también llamada la 'Expectación del Parto', celebración que siguiendo la tradición ha sido presidida por .

Este rito tras su abolición a favor del rito romano, pervivió en algunas parroquias de Toledo, llamadas mozárabes ya que, al liberar la ciudad en 1085, el rey Alfonso VI concedió el privilegio de poder seguir celebrando aquel antiguo rito en las seis parroquias que entonces existían en esa ciudad.

Tras la reforma litúrgica del concilio Vaticano II se permitió la posibilidad de recuperar este rito y a la basílica de san Isidoro se le concedió el privilegio de celebrarlo por razón de su vinculación histórica con el mismo, ya que es el rito con el que celebró el culto a San Isidoro y en el que participaron los reyes de León.

Año 656

Durante el reinado de Alfonso VI de León, concretamente en el año 1070, se suprimió este rito, sin embargo la memoria de esta fiesta se había conservado en España como de la Virgen de la Expectación de Parto, conocida también como Virgen de la O -debido a la exclamación con que comenzaba la antífona de las vísperas en su honor-. Precisamente la Basílica de San Isidoro tiene una imagen de este misterio en el arranque de su nave izquierda.

La fiesta fue instituida en el año 656 durante el X Concilio de Toledo, con la presencia del gran obispo San Ildefonso, autor de los textos de la misa y del Oficio Divino en honor de la perpetua virginidad de Nuestra Señora.

Los padres de aquel Concilio querían instituir una gran fiesta en honor de la madre de Dios y determinaron que la mejor manera de honrarla era «establecer que el día octavo antes de la Navidad del Señor se convierta en día solemne y glorioso dedicado a su madre».

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