El 15 de diciembre de 2017 San Marcos cerró sus puertas por reforma. Una obra necesaria para mejorar las instalaciones del magnífico parador leonés que no ha estado exenta de problemas, retrasos y polémicas.
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La reforma integral del Hostal de San Marcos ya ... ha finalizado y este lunes comenzarán los trabajos finales de limpieza, decoración y dotación de materiales para abrir sus puertas a los leoneses y todos los visitantes a principios del mes de diciembre.
El Parador se dividía en dos espacios diferenciados y el proyecto de recuperación se dividió en dos fases. En la primera se llevaría a cabo la reforma del edificio histórico. El proyecto elegido por concurso público para la ejecución de la FASE I fue presentado por la arquitecta Mina Bringas y ya ha llegado a su fin. Y León ya está a tan sólo un pequeño paso de poder volver a disfrutar del interior de uno de los edificios más representativos de la capital.
Aunque como en toda obra o reforma habrá a quien le entusiasme y otros que tendrán una mirada más crítica hacia el trabajo realizado. La arquitecta autora del proyecto da su visión y explica el por qué de algunas de las decisiones tomadas.
Estamos en la zona central, en el corazón del edificio. Este espacio existía originalmente en el edificio, era distinto, aunque no hay documentación. La intervención que se hizo en los años 60 fue una intervención muy dura con el edificio. Se eliminaron estas crujías centrales que conformaban un pequeño patio en esta zona para darles un uso hotelero. Ahora, lo que se pretende es recuperar la volumetría original del edificio, que es un edificio de crujías perimetrales entorno a un patio. Ese es el funcionamiento original que tenía el edificio. Se eliminan todos los añadidos que se hicieron en los años 60, cuando se forjaron estas plantas y se les dio uso de salones y otros usos de hotel. Y se recupera el espacio como corazón del edificio. Lo hemos denominado «atrio» en referencia a la «domus» romana que era el centro de la vivienda desde donde se distribuían todos los usos. En este edificio que tiene ese uso residencial, va a ser el punto de encuentro para los huéspedes y para el funcionamiento del edificio.
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La arquitectura antigua no existía, no se puede recuperar algo que no existe. Esto fue destruido en los años 60, no es posible recuperarlo. Se han recuperado otras zonas del edificio, las zonas históricas. Se han puesto en valor, se han hecho muchas intervenciones de recuperación de esas zonas, pero aquí, concretamente, no había nada. Se recupera el original de un modo volumétrico y funcional. Este espacio genera unas circulaciones alrededor de él, unos núcleos de circulación, que hacen que funcione el edificio de una manera más parecida a su origen.
Es un interior sobrio, con pocos materiales. Materiales que se han ido utilizando y adaptando a todas las situaciones, tanto en espacios grandes como en espacios pequeños… Y yo creo que también genera un contraste con la fachada monumental. Llegas al edificio ves esa fachada y luego entras en un espacio yo creo que es adecuado y sobrio, que no compite con el exterior.
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Principalmente la piedra natural, las maderas naturales y luego un color oscuro que a mí me trae un poco el aire monacal de un edificio de este tipo, con claustro, que ha tenido muchos usos, que ha sido convento, que ha sido hospital. Esos colores oscuros atenúan la formalización de la arquitectura. Creo que contrasta con el exterior renacentista y que se adecua muy bien al edificio.
El edificio tiene esta zona central que es completamente nueva, de nueva planta, podríamos decir. Pero según nos hemos ido aproximando al perímetro, a las crujías originales, lo hemos hecho con cuidado, siempre con actuaciones que no tocan los parámetros originales, reversibles en todos los casos y respetuosas con todo: con el material en sí mismo y con la volumetría de los espacios originales.
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Dificultades muchas.
Primero: impone mucho trabajar en un edificio de estas características, lógicamente. También hemos encontrado, una vez desarrollado el proyecto, a la hora de realizar la obra, muchas cosas que adaptar. Porque hemos ido encontrando restos que no estaban previstos. Por ejemplo, ha habido que proyectar de nuevo la zona de recepción para poner en valor los muros del siglo XI que han aparecido. Yo creo que el reto durante la obra ha sido flexibilizar las soluciones constructivas para poder irlas adaptando lo mejor posible a las situaciones que nos hemos ido encontrando.
Sí, el Parador contaba con esta obra de Lucio Muñoz que estaba ubicada en uno de los salones y a la que ahora se le ha querido dar protagonismo como coronación de este edificio. Es una obra que se hizo especialmente para este Parador. Además, todas las galerías perimetrales alojarán gran parte de la obra artística que tenía el parador antes de la intervención.
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