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León
Lunes, 24 de septiembre 2018, 10:11
Contesta al teléfono con delicadeza y la conversación amable no tarda en surgir. El interlocutor se siente cómodo con alguien que más allá de tener una voz carismática tiene el cariño por bandera. Llevando la contraria a aquellos que avisan de que no suele dar entrevistas, María Jesús Álvarez charla casi media hora. Chusa, para los amigos, es la voz que anuncia las paradas del Metro de Madrid. Una voz que acompaña a los que madrugan cada día, a los que visitan la ciudad y también a aquellos que, como ella misma, llegan a la capital en busca de una oportunidad. «Si me hubieras dicho de ir a algún sitio para hacer la entrevista seguramente no hubiera podido, pero por teléfono, lo que quieras», confiesa. Una trayectoria de éxito radiofónico no le hace olvidar que la humildad es un valor supremo. Toca charlar con una leonesa que lleva décadas haciendo patria más allá de la 'tierrina'.
- Lleva muchos años en Madrid desarrollando una gran trayectoria periodística y lo que más llama la atención de la gente es que pone voz al Metro de la capital. ¿Da rabia?
- Hubo una época en la que me sentaba fatal. Yo empecé en La Voz de León, desde 1958 hasta 1961, año en el que llegué a Madrid. Aquí he estado todo el tiempo trabajando en radio y la gente me reconocía por lo del Metro. Ahora lo llevo muy bien, porque llevo jubilada un montón de años y me alegra cuando me dicen que me escuchan en el Metro. Estoy encantada y desde que tiene megafonía, tiene mi voz. Es la empresa que me ha sido más fiel, ya que cuando abren nuevas estaciones me llaman para sonorizarlas.
- Comenta que el hecho de ser leonesa influye en una correcta dicción.
- ¿No sabes que los leoneses tenemos una dicción perfecta? La voz me la dio Dios pero en la dicción influye mucho el ser de León. Hablan del castellano que se habla en Valladolid o en Cantabria, que también, pero esta es una tierra de la que han salido muchos profesionales. Mira Luis [del Olmo], es de allí y es el referente.
- No le suena muy bien eso de 'locutar'.
- Me suena fatal. Lo de 'yo locuto, tú locutas, él locuta'... La RAE lo aceptó hace unos cuantos años, pero a mí no me gusta. Bueno, ¿qué querías de mí?
- Ahondemos en esas raices leonesas, en ese origen. ¿Hasta qué punto le influye y se plasma en su carrera?
- Yo nací en León y me vine a Madrid con 21 años. Paco Umbral y yo éramos amigos y decía de mí que era más leonesa que la Catedral. Me siento muy leonesa y muy española, porque Pio Baroja decía que no puedes amar a tu país si no empiezas por amar a tu pueblo.
- Habrá hecho buena patria cazurra en Madrid.
- Por supuesto, si venía alguien de León o hablaban de nuestra tierra a mí me salían estrellitas en los ojos, me iluminaba. Se ama mucho más a tu pueblo cuando no estás en él y yo he echado mucho de menos a León, sobre todo los primeros años. Hacía sobremesas en la Intercontinental con Miguel de los Santos y algunas veces le lloré por echar en falta a mi tierra, le decía que si aguantaba un año en Madrid me volvía. Él me decía que si aguantaba un año no volvería, y así fue.
- ¿Hubo posibilidad de volver a León?
- Yo tuve mucha suerte, al día siguiente de llegar a Madrid entré a trabajar en Radio Juventud y en Radio Intercontinental. A los cuatro meses de estar allí me llamaron de La Voz de Madrid y me ofrecieron dos contratos, uno como primera locutora y otro como primera actriz. Después entré también en televisión. Tuve tanta suerte que al poco tiempo me compré un coche con el que volvía a León cada quince días, pero vivía en Madrid.
- Mucho ha cambiado aquel periodismo del actual, ¿verdad?
- No tiene nada que ver. Yo soy periodista radiofónica porque siendo ministro Fraga Iribarne nos dio la titulación tras justificar nuestra experiencia, no había Facultad de Periodismo. He vuelto en alguna ocasión a la Casa de la Radio (sede central de Radio Nacional de España) y no tiene nada que ver, el ambiente es distinto y me dio pena. Ahora se va con miedo pensando en expedientes y en codazos. Yo viví un clima fantástico de amigos y compañeros, fui siempre muy bien tratada.
- Lo de llegar a Madrid y conseguir trabajo al día siguiente parece increíble.
- Ahora es todo es muy diferente. Se abrieron muchos medios, se cierran otros tantos y cada año salen un montón de periodistas de la Facultad que luego tienen que servir copas en la Gran Vía. Ahora es complicado, yo viví dos ERES en Radio Nacional y en el último quedamos cinco que no nos fuimos voluntariamente. Me decían que me quedaba cobrando menos, pero lo de la radio no era sólo el dinero a fin de mes. Había compañeros que decían que si les tocaba la Primitiva no volvían, pero yo no lo hubiera dejado jamás. Cierto es que no jugaba a la Primitiva, pero aun así, a mí me encantaba.
- ¿Cómo ve su tierra desde fuera?
- Como se ve el resto de España, hay miedo e inseguridad. Estamos en una época difícil y complicada para todos.
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