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Sensación de que la espera ha merecido la pena. Muchos meses después de iniciarse las obras, y con los inconvenientes que éstas suelen dejar, el mercado del Conde Luna ha visto la luz. Y nunca mejor dicho.
La reapertura, sin inauguración, de la plaza de abastos ha permitido a diez de los once puestos que aquí trabajan estrenar tienda. «Hemos llegado con ganas e ilusión. Que la gente vea la nueva imagen corporativa», invitaba el presidente de los comerciantes Carlos Escanciano.
La primera impresión que se van a llevar los clientes del Conde Luna es que la luz lo cubre todo. Los nuevos ventanales permiten que el oscuro mercado deje atrás esa imagen e invite a poder admirar el producto con mejores ojos.
El primer día ha sido para «hacerse» con la parte nuevo. Algún que otro curioso se ha dejado caer por la remozada plaza cerrada. «Los hay que vienen a cotillear y te acaban comprando», apuntaba el pescadero Luis Alonso.
«Llama mucho la atención las luces, la iluminación y todo el cambio que hay que era muy necesario», apunta el propietario de Carnicería Escanciano. «Esto era lo que pedíamos desde hace mucho tiempo y ahora toca adaptarse a los nuevos puestos con ganas de trabajar».
El «lavado de cara» que han sufrido los puestos se ampliará antes del verano con la segunda fase de una obra que ya ha comenzado. La idea es abrir una cafetería y «algún puesto más» a la espera de la licitación que permita a nuevos vendedores hacerse con un lugar en el Conde Luna. De esto se debe encargar el Ayuntamiento de León.
Eso sí, al mercado aún le quedan «algunos flecos por arreglar» como canalizaciones que no cubren posibles caídas de agua. «Esta canaleta no cubre todo. Nos dijeron que el lunes se ponían con ello». Sin embargo, la elección de materiales es «bastante correcta» a la espera de cómo envejecen con el uso. «Hasta que no empiezas a trabajar no sabes donde está el defecto, pero se subsanará. Estamos contentos y esperando que venga la gente», explicaba Luis con una sonrisa.
Misma sensación en el resto de puestos y un cliente «satisfecho» de ir a comprar a un «moderno y atractivo» mercado en el corazón de León. Entre ellas Verónica Herrero y Oriana Fainguersch, que calificaban de «espectacular» el cambio y la «inyección de modernidad» del mercado. «Se nota en la cara de la gente que trabaja».
Los leoneses aplauden este« cambio» que ha hecho bien a los trabajadores y a los que compran. «Se transmite esa novedad», exponen dos clientas «fidelizadas» por las explicaciones que los comerciantes hacen de sus productos y su calidad.
Junto a ellas también esperan turno dos turistas recién llegados de Málaga que se quedan sorprendidos con lo que están viendo. Uno de ellos pregunta por el baño, que también existe. Y junto a ello un cuarto de enseres, un área privada y un almacén para completar la nueva oferta con la que el Conde Luna quiere resurgir.
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