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Sufrir un melanoma no es algo inusual. Su incidencia (número de casos nuevos) ha aumentado espectacularmente en los últimos años a pesar de no tratarse de un tumor frecuente. De este modo, según los datos facilitados por Sacyl, la presencia de este tipo de tumor maligno se ha triplicado en los últimos 40 años y se tiende a duplicar cada 10-15 años, siempre relacionándose con la moda social de exposición al sol.
Aún así sigue siendo el cáncer de piel menos frecuente, pero su incidencia es lo suficientemente inquietante como para que obligue a una vigilancia especial.
Por ello, con motivo de la celebración del Día Mundial del Melanoma se resalta la importancia de la prevención (identificación y factores de riesgo) y la detección precoz para disminuir su incidencia y mortalidad.
En el caso de la provincia de León se detectó un melanoma cada tres días. Esto es se vieron e intervinieron 109 melanomas (89 de ellos en el Caule), según los datos actualizados de Sacyl. En lo que va de año, en la provincia, son 51 los casos advertidos (41 de ellos en el Hospital de León).
El melanoma cutáneo es uno de los cánceres de piel más agresivos, aunque la tasa de supervivencia es elevada. De hecho la tasa de supervivencia es superior al 90% con un diagnóstico precoz.
En los hombres, los melanomas se localizan, generalmente, en el tronco, en la cabeza y en el cuello, mientras que en las mujeres, el melanoma generalmente se localiza en los brazos y las piernas. En raras ocasiones también puede aparecer en mucosas y otras áreas, como los ojos, la boca, región genital, el intestino grueso y otros órganos internos.
La piel de color claro (fototipos I y II, es decir, las personas que siempre se queman al sol y nunca se broncean) con independencia del color de los ojos y el pelo. La presencia de un número elevado de lunares o nevus melanocíticos (más de 50) parece ser también un factor de riesgo, especialmente en el caso de los nevus melanocíticos congénitos gigantes (>20 cm de diámetro), de nevus atípicos y síndrome del nevus atípico o displásico.
La acción solar sobre la piel es todavía más nociva si el exceso de exposición se produce en la infancia y la adolescencia. La luz solar contiene rayos ultravioleta (UV) que pueden afectar a la piel. Hay dos tipos principales de UV - rayos ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB). Tanto los rayos UVA y UVB dañan la piel con el tiempo. Las fuentes artificiales de luz, tales como lámparas solares y camillas de bronceado, también pueden aumentar su riesgo.
Entre un 5 y un 10% de los pacientes con melanoma tienen historia familiar de melanoma o han desarrollado un segundo melanoma. Se han identificado varios genes implicados en la aparición del melanoma. Los principales factores que aumentan el riesgo de desarrollar melanoma son el tipo de piel (fototipos I y II) y el aumento de la exposición al sol. La prevención primaria, es decir, la identificación y control de los factores de riesgo en la inducción del melanoma junto con el diagnóstico precoz (prevención secundaria) son las armas fundamentales para intentar disminuir la morbimortalidad por melanoma.
El principal factor de riesgo para la aparición del melanoma es la exposición a la radiación ultravioleta, tanto natural como artificial.
Sanidad recuerda la importancia de no exponerse al sol en horario de 12:00 a 17:00 horas durante el verano, proteger la piel con factor solar 30 o mayor y proteger la cabeza con gorra o el cuerpo con camiseta durante las actividades deportivas. Asimismo, informa sobre la importancia de la autoexploración de la piel para una detección precoz del melanoma.
Según los últimos datos de Sanidad, el melanoma representa el 2% de todos los cánceres. Además, es una enfermedad que afecta más a los hombres (56% de los casos), que a las mujeres (44%). La edad media al diagnóstico es de 61 años en las mujeres y 64 en los hombres. Las tasas de incidencia aumentan con la edad, pero son ligeramente mayores en las mujeres hasta los 50-54 años. A partir de los 55 años, las tasas son mayores y aumentan en los hombres, sobre todo a partir de los 75 años, según informa Europa Press.
La tasa de mortalidad es dos veces mayor en los hombres (3,4 por 100.000) que en las mujeres (1,6) y aumentan con la edad en ambos sexos, siendo superiores en los hombres mayores de 65 años respecto a las mujeres de la misma edad.
Se trata del cáncer de piel más grave debido a su alto potencial de metástasis. De este modo, la supervivencia en tumores locales es del 92%, empeora con la extensión regional hasta el 72% y disminuye hasta el 17% en el cáncer metastásico.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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