Los padres de Mario Fuentes llegan a la Audiencia Provincial de León. R.F.
Final del juicio de La Torre

«Mario en León solo echaba de menos el mar; había encontrado una familia»

Los familiares del estudiante de la ULE asesinado en 2021 reconocen que «lo más duro» de estos años es llegar la soledad al llegar a casa: «Nos sentamos y lloramos los tres juntos»

Sábado, 2 de marzo 2024, 09:12

Su recuerdo lo sigue impregnando todo. El hogar, la facultad, su residencia, los partidos que su equipo sigue jugando. Es difícil olvidar a un chico que se hacía querer y que no dudaba en prestar ayuda a quien lo necesitaba. Imposible olvidar en el caso ... de unos padres para los que la vida se detuvo en la madrugada del 16 de mayo de 2021.

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La última semana ha sido «muy dura» para María Dolores y Jesús. No han faltado a ninguna de las sesiones del juicio que trata de «hacer justicia» al asesinato de su hijo Mario Fuentes, con solo 18 años de edad, y que cumplía su sueño de estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de León.

Durante horas han tenido que recordar el momento que nunca olvidarán. Por momentos se han visto involucrados en una escena «surrealista» en el que la acusación particular ha presentado en la Audiencia Provincial de León al fallecido «como el culpable por ir a la pelea». Todo ello sin encontrar sentido de «arrepentimiento» en el agresor que asestó una puñalada mortal a su hijo. «Me he quedado descuajado», confesaba emocionado un padre lleno de dolor y rabia al escuchar esas palabras. «Parece que él -Jorge Cervantes- no ha hecho nada y que la culpa es de mi hijo y de los servicios sanitarios».

Los padres de Mario Fuentes durante la última sesión del juicio, sentados en primera fila de la sala. R.F.

Jesús Fuentes ha querido destacar para Leonoticias algunas cuestiones «chocantes» durante la prueba que trata de aclarar los motivos que llevaron al agresor a clavar un navajazo a su hijo y acabar con su vida. «Mario no tenía signos de defenderse, en los nudillos y las yemas de los dedos no había prueba de haber participado en una pelea con nadie». Una cuestión que ni él mismo se cree y por que le sorprende el carácter tranquilo de un joven «que no le dio un tortazo a nadie» en aquella pelea junto al Lidl del polígono de La Torre.

El recuerdo de Mario

Su hijo había encontrado en León un grupo de «gente maja» que el propio Mario llegó a sentir como su familia. «Nos decía que en León solo echaba de menos el mar y yo le llamaba cabrón por no acordarse de su familia. Pero es que aquí había encontrado esa gente. Estaba contento, había encontrado una familia en la Emilio Hurtado», explicaba emocionado su padre a la conclusión del juicio, que afirma volverá a León, una ciudad que le gusta.

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Han pasado casi tres años desde aquella fatídica noche. Tres años a los que «les han sobrado muchas horas» y donde las lágrimas no han dejado de caer cada día en una familia destrozada. Visitas al psicólogo durante mucho tiempo porque «tienes que vivir», reflexiona Jesús. «Tienes que sonreír, la sociedad no te permite estar todo el día de luto». Pero lo más duro es cuando llegan a casa. «Sientes una soledad... Te sientas en el sofá del salón y lloramos los tres juntos». Y es que el dolor de unos padres rotos también lo sufre un hermano que perdió a su referente por una situación que no se puede explicar a un crío que entonces tenía 14 años. «La soledad la tenemos los tres dentro», insiste desconsolado que intenta «no parar» y rechaza «ir dando pena» para poco a poco superar un luto infinito.

En Colindres todos recuerdan a Mario. La alcaldesa, recientemente, ha reiterado su apoyo a la familia. También en León se suceden los gestos y desde la facultad donde Mario estudió ya están preparando un homenaje en el año que el joven cántabro se debía graduar. De hecho, su cara y su nombre aparecerán en la orla de la promoción, tal y como han querido sus amigos y compañeros.

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Creer en la justicia

Jesús se confiesa al hablar del acusado. Y lo hace con un razonamiento muy alejado a lo que muchos podrían esperar. Solo siente pena y eso lo inunda todo. «Tengo otro hijo y con el odio no puedes ir a ningún lado». E insiste: «Me puede la pena y el llorar, no siento nada por él», en referencia a Jorge Cervantes.

Para el acusado solo pide que cumpla la pena que se le imponga y comparte que si tiene un buen comportamiento y arrepentimiento pueda hacer uso de sus permisos. «Si tiene que salir dentro de siete años que lo haga. Tiene que ser muy duro estar en la cárcel y me pongo en su cabeza. Esperemos que sea así y se rehabilite», explica con sorprendente capacidad de perdón. «Muchos pensarán que yo no tengo... -no acaba la frase-, pero yo solo digo lo justo».

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Con la última reflexión se entiende la intención de una familia que ya ha reiterado, a través de su abogado, que no busca venganza contra Jorge Cervantes y que solo exige justicia. Y demostrar así el ejemplo que Mario Fuentes dio en vida de que con el odio no se llega a ninguna parte.

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