El mantenimiento de la variante no será rentable hasta dentro de 30 años

Junto al túnel bajo en el estrecho del canal de La Mancha, la variante ha sido «la más difícil que se ha abordado nunca en Europa».

La coordinación de esta obra iniciada en 2004 fue encomendada por el Gobierno al Gestor de Infraestructuras Ferroviarias, ahora conocida como Adif. María Luisa Domínguez fue la jefa de proyectos que ajsutó los diseños y, desde julio de 2021, es la presidenta de la infraestructura ferroviaria. En una entrevista publicada íntegramente por El Comercio ha comentado diferentes aristas que han envuelto a esta obra que ha durado 20 años en ejecutarse.

Entre las preguntas a las que se ha sometido la representante de Adif, se encuentra la filtración de agua a través de la variante que obligó primero a parar la obra y que ahora arroja hacia la vertiente asturiana, desde León, miles de litros cada día.

Domínguez reconoce que en el estudio informativo y en los primeros trabajos que se hicieron ya se sabía que entraría agua en el túnel. «De hecho, no se ha llegado a los caudales previstos en el estudio», matiza. Se tuvo que aplicar la tecnología que ya se conocía a todos los niveles, en las inyecciones del trasdós de las dovelas, en la depuración de las aguas o el drenaje separativo para rebajar la afluencia.

Para la presidenta de Adif, las actuaciones han sido «eficaces» porque el nivel de filtraciones es muy inferior al previsto y está «en el orden de la magnitud que otros grandes túneles de base europeos».

La obra ha costado un total de 4.000 millones y aún requerirá de más inversión para su mantenimiento. La estimación que ha realizado Adif sobre mantener la instalación en buen estado asciende a 100.000 euros al año por cada kilómetros de alta velicidad y, si es en túnel, ascenderá a 200.000 euros. Esto supondrá una inversión global de nueve millones de euros al año. Revertir la situación y que la plataforma acabe siendo rentable cada año tendrá una espera estimada de 30 años.

Aunque la obra de la variante está acabada, queda por adaptar el resto de la ruta que permita recibir el incremento de tráfico esperado y el aumento de la velocidad por encima de los 200 kilómetros por hora.

Uno de los proyectos a licitar en 2024 será la adaptación a la alta velocidad del tramo León-La Robla. La redacción se encuentra «prácticamente terminada» y se licitará a principios de 2024. «No será sencillo porque pediremos que trabajen en la banda de mantenimiento para mantener el tráfico abierto», explica.

Otro de los tramos que afectan a León será la doble vía entre León y Palencia. Aquí, igual que en lo anterior, no se quiere interrumpir el tráfico y los trabajos se realizarán en horario nocturno a la espera de los planes de obra que se propongan.