
Las previsiones climatológicas para esta Semana Santa han generado una oleada de cancelaciones hoteleras en la provincia de León. La amenaza de lluvias a partir del Viernes de Dolores ha disparado las anulaciones, especialmente en los alojamientos que ofrecían políticas de cancelación flexible. Una circunstancia que ha puesto en alerta al sector turístico, que confiaba en la Semana Santa como uno de los periodos «clave» del año.
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Desde la Asociación de Hostelería de León reconocen que el ritmo de anulaciones está siendo alto y que, a medida que se acercan los días centrales, la incertidumbre crece. «Las previsiones asustan a la gente. Aunque no siempre se cumplen, muchos visitantes prefieren cancelar antes que arriesgarse», apuntan desde el colectivo.
Los primeros datos de ocupación en la provincia reflejan una Semana Santa muy desigual. El Lunes y el Martes Santo apenas alcanzan una media del 15 al 20% de ocupación hotelera, una cifra muy por debajo de lo habitual en estas fechas. El Miércoles mejora ligeramente hasta el 65%, y los días grandes (Jueves, Viernes y Sábado Santo) concentran la mayor parte de las reservas, aunque con grandes diferencias según la zona: las previsiones oscilan entre un 60 y un 96% de ocupación.
Aun así, la dinámica de anulaciones continúa y muchas reservas confirmadas podrían «no llegar a materializarse» si el mal tiempo persiste. La incertidumbre ha llevado a muchos turistas a cancelar en el último momento, y eso ha descolocado por completo las previsiones iniciales de los alojamientos rurales y urbanos de la provincia.
León capital presenta datos mucho más optimistas para los días centrales de la Semana Santa. Las reservas hoteleras para el Jueves, Viernes y Sábado Santo han crecido entre un 85 y un 95%, consolidando a la ciudad como un destino «preferente» en estas fechas, probablemente gracias al atractivo de sus procesiones y eventos religiosos.
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Sin embargo, el arranque de la semana sigue mostrando debilidad. El Martes y Miércoles Santo, la ocupación apenas llega al 25%, lo que sugiere que muchos visitantes optan por estancias más cortas, concentradas exclusivamente en los días festivos de mayor tradición cofrade.
«Una semana como esta puede marcar el equilibrio económico del trimestre para muchos negocios pequeños. Todo dependía del clima, y no nos ha acompañado», lamentan desde la patronal hostelera.
El sector hotelero de León mantiene la esperanza de que el tiempo dé una tregua y permita salvar, al menos en parte, una de las fechas «más importantes del calendario turístico».
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