La maestría de Pablo Hermoso y Ponce les lleva a hombros en León

Comenzaba con retraso y muchas ganas el paseíllo en El Parque, pero la tarde no decepcionaba. Amenizaba el ruedo la Banda de Música de La Bañeza, al igual que en la jornada anterior.

Dos orejas para Pablo Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce que salen por la puerta grande en el cierre de fiestas. El Fandi se tuvo que conformar con una oreja en una tarde con un segundo toro peligroso.

Abrió plaza un toro noble, pero flojo y sin fuerzas que se rajó pronto. Inauguraba la tarde del domingo en León Pablo Hermoso de Mendoza. El diestro cuajó una faena llena de pureza en las reuniones, pero sin posibilidad de lucimiento a pesar de su voluntad. Tres banderillas y dos cortas en el mismo número de batidas. Silencio y pitos al toro en el arrastre.

Don Enrique Ponce. Figura. El maestro de Chiva amortiza la tarde. Segundo toro escaso en peso pero de juego variable, permitiendo el lucimiento, tanto al capote como a la muleta. Profundos naturales, poderosos derechazos e inmortales cambios de manos ha construido una faena de ensueño. Enrique, de marfil y azabache, remató con sus famosas Poncinas y una estocada hasta la bola que le vale las dos orejas y la primera puerta grande de la tarde.

El Fandi se luce con el tercero. Toro para el lucimiento que el diestro granadino supo aprovechar al capote, recibiéndolo de rodillas y rematando con sus famosas zapopinas. El zenit se alcanzó en un tercio de banderillas variado que hizo las delicias del respetable en el tercer par, despachado al violín. Con la muleta no bajo el nivel, luciéndose con la rodillas en el albero y con profundos derechazos. Pinchazo y estocada. Oreja.

Pablo Hermoso de Mendoza se resarce del primero toro y aprovecha el cuarto de la tarde y el segundo de Fermin Bohórquez de fuerza, embestida y duración, así como la entrega del público para desorejar al astado y asegurarse la Puerta Grande.

Sin opciones Ponce en el quinto. Y eso que no hay quinto malo. Lo intento el diestro, pero sin posibilidades. El toro contaba con las fuerzas justas que se convirtió en tiempos y esperas entre las cortas tandas por ambos pitones. Pinchazo y estocada. Ovación.

Sexto toro peligroso que toco en suerte a El Fandi, quien intento lucirse en los diferentes tercios sin opciones. El granadino lo intentó para salir por la puerta grande con sus compañeros. El público premió su voluntad con palmas.