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Luis Novo en Suiza.
Luis Novo y una vida marcada por la búsqueda de la excelencia veterinaria: de Ponferrada a Suiza
Leoneses en el extranjero

Luis Novo y una vida marcada por la búsqueda de la excelencia veterinaria: de Ponferrada a Suiza

Veterinario de profesión, cursó la carrera en Madrid y ha pasado por Ponferrada, Santiago de Compostela y París hasta llegar a Suiza

Domingo, 6 de octubre 2024, 09:15

«Se me conoce como el veterinario de El Bierzo, con eso te digo todo». Hace ya 42 años que Luis Novo abandonase El Bierzo en busca de vuelos mayores que los que podía llegar a alcanzar en León. Con la clara idea de ser veterinario se fue a Madrid «siendo un niño», con 18 años y en busca de la excelencia que ofrecía la Universidad Complutense de Madrid. Eso y que en Madrid, al contrario que en León, tenía familia, fueron los motivos principales por los que dejó la provincia que le vio nacer.

Fue más por ambición que por otra cosa, «aunque cuanto más lejos estuvieras de casa, mejor», reconoce entre risas. «Con 18 años ves la vida de otra manera y en la universidad si estás lejos de tu ciudad no sueles ir mucho», algo en lo que Luis cayó antes de matricularse en León. «Estando en Madrid no me preguntarían tanto que por qué no voy, porque si hubiese estudiado en León estarían todo el rato preguntándome que por qué no iba», explica.

Compañero de celebridades

Allí, en tierras capitalinas, coincidió con dos ilustres celebridades: una que en ese momento era desconocida y otra que no era extraño conocerle. La primera fue Jesús Vázquez, el conocido presentador de televisión que empezó Veterinaria «pero al segundo año se dio cuenta que no era lo suyo»; el otro, Victorino Martín, el hijo de uno de los mejores ganaderos de toros bravos de la historia que hoy, por motivos hereditarios, está a los mandos de la ganadería. Y con el que, además, mantuvo una estrecha relación durante la etapa universitaria. «Era una promoción superior a la mía, pero coincidimos en Nutrición animal, nos sentábamos juntos y yo le bromeaba mucho», recuerda anecdóticamente sus años con el que ahora es una de las personalidades más importantes del mundo del toro.

Una vez finalizó la carrera en los reglamentarios cinco años, Luis quedó como interino de cirugía en una clínica de Madrid, aunque en un golpe de suerte se volvió a Ponferrada como funcionario interino en inspección de mercados y mataderos. Sin embargo,la vida le seguiría llevando más al noroeste, ya que le ofrecieron llevar una clínica veterinaria en Santiago de Compostela, hasta donde se llevó a la que ahora es su mujer y madre de sus tres hijos, Maria José. «Vimos que había mercado en nuestro sector para trabajar y montamos nuestra clínica en 1991», relata Luis, aunque todo se torció cuando a las dos semanas de la apertura les robaron y les incendiaron el negocio. «Fue algo muy duro, habíamos puesto todas nuestras ilusiones y costó sobreponerse, pero por suerte el seguro cubrió el 80% de los daños», asegura.

Más ciudades

En Santiago echaría raíces. Muchas. Allí se instaló junto a su mujer y allí nacieron sus tres hijos: Cristina, Javi y Helena. Pero el carácter casi de trotamundos que la vida le había dotado a Luis (aunque él todavía no lo supiese) hizo que, una vez más, tuviese que cambiar de aires en 2017. Pero esta vez para saltar a la cumbre de manera más formal y asentada. Le aguardaban seis «buenos» años en París como jefe de cirugía, aunque de primeras rechazase la oferta y a los ocho meses de aceptarla y empezar a trabajar allí se volviera a España por no tener la libertad en el trabajo que le habían prometido. «Durante esos meses hice buenas amistades y cuando se enteraron de que me había vuelto a España me llamaron diciéndome que volviese, que pusiera el salario y las condiciones que yo quisiese».

En 2022 volvió a cambiar de aires, de nuevo un escalón por encima de lo que venía haciendo. Su nuevo destino era Suiza, a donde llegó abrumado por la exigencia que pedían: «Hablé con el jefe, me habían contratado para ser cirujano y dar servicio a cuatro clínicas y no sabía si podía dar el nivel». Pero en países como Suiza todo se hace a conciencia y el jefe le espetó «que ya tenían referencias suyas antes de llamarle, sabían lo que hacía y por eso le contrataron».

«Estoy disfrutando como un enano»

Son ya siete años lejos de España, lejos de su familia, que sigue en Santiago de Compostela y a donde Luis de momento desconce cuándo volverá. Tampoco quiere pensarlo, no considera trabajo a su trabajo y está feliz en Suiza haciendo lo que más le gusta: «Estoy disfrutando como un enano, no me planteo volver a España porque aquí me permiten hacer cosas que allí ni en sueños», sin contar el material, los medios y el tipo de cliente con el que trata en Suiza, de un nivel económico bastante superior al español medio.

«Volver a Ponferrada es algo que ni siquiera me planteo, las cosas no dependen sólo de mí, tengo mujer y tres hijos y tendrían que aceptar», aunque eso parece bastante complicado. «Lo echo de menos cada día desde que me fui con 18 años, mi familia está allí, mis hermanos... todo», reconoce, «porque una cosa es ir de visita una semana o un mes cuando esté jubilado, pero otra muy diferente es vivir». «Sé que siempre voy a tener una casa allí para cuando quiera ir».

La comida

La provincia de León atrapa. Seas de donde seas siempre vas a añorar lo de León. A Luis le pasa sobre todo con la comida, algo que viviendo fuera de España irremediablemente se acrecienta. Por eso, cuando viene a España, que son en contadas ocasiones aunque tiene libertad en su trabajo para venir cuando él quiera, se aprovisiona de cecina, chorizo y botillo. «Lo empaqueto al vacío y me lo traigo a Suiza, eso es el acabose», dice. La última vez que vino a España fue para disfrutar de sus vacaciones con su mujer y sus hijos, donde aprovechó para llevarse comida típica leonesa, «aunque las previsiones se me están agotando».

Así es la vida de un veterinario que desde su etapa en la escuela ha querido aspirar a lo máximo. Ha dejado atrás Ponferrada, Madrid y Santiago, teniendo en ésta última a su mujer y sus hijos, que reconocen el enorme esfuerzo que hace. Un hombre que prima el bienestar de sus más allegados, pero que también lucha por sus sueños y por 'trabajar' (aunque el no lo considere como tal) con los mejores en los mejores sitios. Así es la vida de 'Luis, el veterinario de El Bierzo', que a pesar de marcharse a los 18 años nunca dejó de añorarlo.

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