Fútbol y política sí se pueden mezclar

Su pasión por el fútbol sala nace de sus orígenes, Cistierna, donde este es el deporte mayoritario. Primero jugador, luego entrenador e, incluso, presidente del club de la localidad leonesa cuando «el equipo estaba en una grave crisis», mantiene ese sentimiento de apego a esta práctica a la que lleva vinculado 30 años. «He estado en este deporte toda la vida y hay una gran cantera en Cistierna, pese a todo se mantiene. Tiene un mérito terrible», señala.

La política llegó más tarde, cuando finalizó sus estudios universitarios de Ciencias Políticas en Madrid. Comenzó como concejal en Cistierna, siendo «el primer concejal leonesista en este ayuntamiento» y 'debutando' como llave para investir alcalde. «Era muy joven y PP y PSOE habían empatado. Tuve que decidir y fue algo muy difícil a nivel personal pero, a la vez, una experiencia muy enriquecedora», relata.

Siempre ha sido capaz de compaginar ambas facetas, «perfectamente complementarias y vocacionales». «Nunca hubo una elección de una u otra. No sé que elegiría, pero tampoco quiero», indica Santos, que sólo estuvo una temporada y media lejos del fútbol-sala. «Tuve que dejar el Guardo, en Segunda B, porque me exigía una dedicación más importante de la que tengo ahora en Tercera», explica.

Ahora ha vuelto, robando tiempo «al ámbito familiar» y gracias a las facilidades del Atlético Bembibre, con el que varía los entrenamientos para el lunes o el martes, además del jueves, dependiendo de si hay pleno en las Cortes. «Tengo la suerte de que me lo permiten y aceptan esta condición», añade.

Las dos facetas forman parte de su vida y de ambas aprende para el resto de ámbitos. De la política, Luis Mariano Santos asegura que lo es «todo». «Cuando alguien me dice que no quiere hablar política o que se abstrae, simplemente miente, porque lo es todo, está en todos los estratos de la sociedad», señala.

Por otro lado, el fútbol-sala le ha permitido relacionarse en un grupo «al que tienes que liderar, cohesionar y convencerles de tu sistema e idea de juego, además de colaborar para que haya un ambiente correcto en el vestuario». «Es algo que viene estupendo para la vida en general», apunta.

Son dos mundos, además, donde es relativamente sencillo perder los nervios, pero Luis Mariano Santos explica que, para él, es mucho más fácil mantener la calma en política. «Quizá sea porque expreso toda la vehemencia en los banquillos», añade. En el estrado, Santos se considera «moderado, evitando ser visceral porque creo que la reflexión enriquece mucho» mientras que como entrenador es «más guerrero». «Creo que me ayuda a mi moderación en política», insiste.

Aprendiendo constantemente de estos dos mundos, Santos es optimista con el futuro del fútbol-sala de León y con la autonomía leonesa, ya que ve ambos «posibles, que es lo más importante, pero difíciles».

En cuanto al mundo del deporte, señala que se están dando «los primeros pasos» con las estructuras del Domotec y el Trepalio para que «en el futuro, salgan los frutos de este trabajo y haya jugadores de calidad como antaño». En el aspecto político, ve al leonesismo «más fuerte que nunca» y cree que se están dando «los pasos necesarios para que, quien nos tiene que escuchar, lo haga». «Todo es más lento por la situación actual que vivimos, pero que nadie tenga prisa: todo va por el buen camino», afirma.

El chándal para el banquillo y el traje para el escaño. Estas son las dos vidas de Luis Mariano Santos, las dos facetas del secretario general de la UPL, empeñado en demostrar que fútbol y política sí se deben mezclar.