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León no es una provincia que destaque por su tejido industrial, pero este año 2021 sí lo ha hecho por la cantidad de pequeños, y grandes, conflictos laborales, principalmente en este sector. Laboratorios Ovejero, Júpiter Bach, LM, el sector bancario, los agricultores y ganaderos han sido algunas de las empresas y sectores que a lo largo de este año que se cierra han salido a las calles para reclamar futuro.
Futuro para la industria, futuro para el empleo, futuro para los trabajadores de banca o futuro para el campo leonés. Algunos de ellos se resolvieron de manera positiva, otros con un cierre y en otros casos aún queda mucho por trabajar.
Uno de los más sonados fuera de las fronteras de la provincia leonesa fue el que protagonizó Laboratorios Ovejero. La firma, muy conocida en España y Europa, protagonizó muchas de las portadas de los medios de comunicación, y a día de hoy su conflicto sigue sin solución.
Los trabajadores salieron a las calles a principios de 2021, pero el conflicto laboral coleaba del año previo. La plantilla acumulaba en mayo más de diez nóminas sin cobrar en algunos casos y la situación era insostenible.
La buena fama de la firma leonesa pronto atrajo un comprador que se comprometía a asumir los 13 millones de euros que Ovejero adeudaba a clientes y proveedores. El Grupo Labiana aterrizó en León como un salvador, pero la alegría duró poco.
Cuando parecía que el acuerdo estaba a punto de firmarse, Zendal entró en el juego y Ovejero paralizó la firma. Más reuniones, más deuda contraída y mucho miedo entre los trabajadores que finalizaba con el anuncio de un nuevo acuerdo y la compra del Laboratorio por parte del Grupo Zendal.
Pero la firma oficial no llegaba y a finales de 2021, leonoticias adelantó lo que muchos se temían, Laboratorios Ovejero planteaba un concurso de acreedores y aseguraba que la culpa era «de los inversores». Más de 80 empleados siguen en plantilla, pero la situación no parece resuelta en la planta leonesa que buscará ese proyecto prometido por Zendal.
El anuncio de LM Windpower del inicio de un proceso de despido colectivo en la factoría de Ponferrada dejó helada a toda la comarca berciana. Un total de 400 trabajadores estaban bajo la amenaza del despido y más de un millar en una modificación sustancial de las condiciones laborales entre las que se encontraba una reducción salarial del 25%.
Las mesa negociadora y las reuniones no avanzaban y ni la empresa ni los sindicatos se movían de su postura inicial. Huelgas y manifestaciones presionaban desde la comarca y tuvieron su culmen en las calles de Ponferrada el 31 de julio. Cerca de 5.000 personas, según cifraron los sindicatos, se unieron a una sola voz para salvar un acuerdo y el empleo de la comarca.
Cuando la situación parecía encauzada los trabajadores conocen la 'fuga' de la empresa de la mesa negociadora y en el conflicto laboral entran los antidisturbios. Una madrugada complicada para los empleados que veían que a pesar de su lucha la empresa seguía adelante con el ERE.
Finalmente se llegaba a un acuerdo, aprobado de forma mayoritaria por la plantilla. La empresa reducía a 351 los trabajadores despedidos, pero garantizaba la continuidad de la planta en el Bierzo. Los despidos con una indemnización de 33 días por año trabajado se harían por antigüedad. Además LM proyectaba la posible recolocación de 200 personas en las plantas de Castellón y Francia.
Concentraciones, manifestaciones, caravanas de coches y huelga frente a la factoría. La lucha de Júpiter Bach no fue de las más numerosas en cuanto a participantes, pero sí de las mejores en cuanto a resultados.
El medio centenar de empleados de la factoría, situada en Villadangos del Páramo, no dudó en salir a la calle día tras día para mantener esta industria en León y pedir a la empresa que ampliase su producción y no les dejara en la calle. Desde el principio y hasta el final, Júpiter Bach sólo contemplaba el cierre y los empleados pedían que se derivase trabajo de otras plantas a la leonesa, «una de las más productivas».
Tras semanas de reuniones y luchas, los empleado firmaban un acuerdo por unanimidad para el cierre de la factoría. ¿Qué había cambiado? El acuerdo contemplaba indemnizaciones de 33 días por año trabajado y un lineal de 2.000 euros por año trabajado. Pero la mejor de las noticias llegaba por parte de Ana Carlota Amigo, la consejera de Empleo de la Junta de Castilla y León, en el momento del conflicto, lograba un acuerdo de recolocación de toda la plantilla en otras empresas de la provincia.
Un acuerdo cerrado que se hará efectivo en los primeros meses del año y que a pesar del cese de la consejera por parte del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, los sindicatos esperan que cumpla.
No fue la gran manifestación del campo de 2020, pero este año los agricultores también quisieron gritarle a León que a pesar de todo lo vivido, en su sector todo sigue igual. Con salida desde el Estadio Reino de León una caravana de tractores recorrió la capital a principios de año para reclamar «un reparto más justo de la Política Agraria Común y que las ayudas vengan directamente a los agricultores». Los agricultores piden que las subvenciones sean a título personal, ya que son ellos los que cultivan y trabajan en el campo, mientras hay muchos otros que cobran la PAC sin moverse de su casa.
Y a finales de año fue el turno de los ganaderos. Con la misma filosofía de haber sido durante los meses más duros de la pandemia el motor de la provincia y ser olvidados tras ese esfuerzo, los ganaderos quisieron hacer visible que llevan meses produciendo leche a pérdidas.
El coste de producir un litro de leche es en la actualidad de 0,40 o 0,41 euros. Pero a los ganaderos se les paga entre 0,32 y 0,33 euros por litro. La situación es «insostenible» y los ganaderos prefirieron verter la leche frente a Lactiber que 'regalarla'.
Además, este año las organizaciones agrarias se han vuelto a unir para defender el sector primario y confirmaron que habrá más protestas a lo largo de 2022. «No sólo por el tema lácteo, habrá más movilizaciones a últimos de febrero y principios de marzo, por todo el disparate de los inputs y los problemas de abastecimiento de semillas y fertilizantes».
Las noticias sobre la negociación de ERE en las distintas entidades bancarias se sucedieron a lo largo de todo el año. BBVA, CaixaBank y Bankia tras su fusión, y después llegó el Santander o Unicaja. Este último, el más temido por la provincia al ser la entidad que más oficinas y trabajadores mantiene en León.
El problema de estos conflictos es que no se negocian directamente desde la provincia, ya que el volumen de centros y empleados afectados llega al conjunto del país. En estos momentos, el ERE planteado por Unicaja afecta a 118 empleados de León y supone también el cierre de 14 de las 55 oficinas con las que cuenta la provincia. También piden que las movilidades de empleados sean, del mismo modo, de carácter voluntario, después de que el banco planteara una reubicación preferente en un radio de 25 kilómetros o hasta 75 si no fuese posible la primera posibilidad.
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