'lolo': el tipo de las gafas oscuras y corazón de León

Enorme, sentido, leonesista, singular, maravilloso, un titán, 'simpáticu', cariñoso, de corazón brutal, solidario, desprendido... los calificativos se agotan ante la pérdida de uno de los 'recolectores' de la realidad leonesa a través de sus tirás.

Sentía tanto, quería tanto, eran tan idealista, tan soñador, tan realista. 'lolo' era 'lolo'. Y no queda aire que pueda llenar el desconcuelo y el vacío que su enorme ausencia provoca.

'lolo' siempre creía que había una vida detrás de la vida. Y en esos mundos se adentra. Recordaba, además, su creencia en la reencarnación, por lo que más pronto que tarde regresará entre los mortales.

Era todo lo que se puede pedir a una buena persona y mucho más, era bondad, inocencia, generosidad, y todo 'escondido' detrás de unas gafas negras que le ayudaban a distanciarse de la realidad.

«Si ves la vida sin filtros te quieres morir», decía.

Quizá fue eso, quizá durante la madrugada se quitó sus gafas y decidió irse para regresar cuando el escenario sea mejor, o más divertido, o más 'chistoso'.

'lolo' fue leonés y leonesista, singular como pocos, y siempre soñó con una tierra que diera trabajo a sus hijos y sus nietos. Quizá por eso era tan ácido, tan crítico, tan desconcertantemente sincero.

Se va lolo y León se queda huérfano, tan huérfano que ni su recuerdo permite el consuelo.

Fernando, uno de sus mejores amigos, recordaba este lunes un epitafio merecido para una vida que merece no ser olvidada: «Vivió como quiso vivir, nos enseñó que la vida es muy corta».

'lolo' siempre fue un sabio. «Vive la vida sin hacer daño a nadie y serás feliz», le dijo a Claudia, una adorable pequeña de apenas 12 años, en uno de esos maravillosos y privilegiados encuentros con su memoria.

También le comentó muchas más cosas, que quizá ella nunca recuerde, pero que eran el poso de su sabiduría.

Se va 'lolo', larga vida a su memoria.