Si la lluvia por San Juan quita vino y no da pan, en agosto es un tesoro caído del cielo. Las precipitaciones del pasado lunes han dado un respiro, cuando no un empujón, a la cosecha vinícola, la cual estaba sometida a un «estrés hídrico ... tremendo» tras un verano extremadamente seco. A las puertas del inicio de la campaña de la vendimia, prevista para el 10 de septiembre en la mayor parte de la Denominación de Origen (DO) León, las bodegas tienen la esperanza de que este agua redunde en una ganancia de kilos.
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«Ha sido un agua bendita», así de contundente se muestra el presidente de la DO León, Rafael Blanco, sobre las precipitaciones que se produjeron el pasado lunes 29 de agosto en buena parte de la provincia. «Nos ha venido más que bien, deseábamos unos 20 metros cuadrados, pero se ha quedado en una media de 15 en todo el territorio de la Denominación de Origen», detalla Blanco visiblemente contento.
De acuerdo con las cifras de la propia DO, la cantidad de agua caída ha sido irregular: desde los 18 litros por metro cuadrado en las zonas más orientales como San Justo, hasta los 10 litros de los Oteros u 11 de Valdebimbre. En la zona sur de la provincia, como es el caso de los cultivos de Gordoncillo, las lluvias han descargado unos 12-13 litros por metro cuadrado.
Una sola jornada de lluvia, tras no recibir agua desde el pasado mes de mayo, ha servido para «revertir la situación de ausencia hídrica en la que se encontraba la planta», explica el presidente de la DO León. Y es que durante este curso las expectativas estaban por todo lo alto -«el ciclo vegetativo hasta julio fue muy bien»-, pero la falta de lluvias se ha prolongado toda la estación estival y los viñedos «habían colapsado por la falta de lluvias». Sin embargo, las precipitaciones del lunes 29 permitirán a los vitivinicultores «ganar unos kilos» en sus cosechas.
Si bien es cierto que este agua redundará positivamente en la calidad de la uva, no es suficiente para disparar la producción, la cual será escasa -como la del curso pasado- y no se espera que la campaña pase de «los 2,6 millones de kilos», según las previsiones de la DO León.
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El escenario ideal es que lloviera más siempre y cuando se evitara el temido granizo, explican los productores. No obstante, las predicciones meteorológicas indican que las jornadas secas se prolongarán hasta el inicio de la vendimia el próximo 10 de julio. «Sería fantástico recibir unos días de agua pausada como la del lunes, no un chaparrón; que llueva durante horas», reflexiona Rafael Blanco.
En lo que respecta a la campaña de recogida, no se espera que haya problemas de mano de obra. Las bodegas ya están realizando sus procesos de contratación y la DO espera que haya jornaleros suficientes para cubrir la demanda laboral durante la vendimia. Asimismo, Blanco detalla que «la mayoría de nuestros viñedos son en espaldera, por lo que la recogida se realiza de manera mecánica».
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Por su parte, la DO Bierzo comenzó las labores de recolección el pasado 27 de agosto. Adelino Pérez, presidente de la Denominación de Origen berciana, estima que la cosecha se sitúe entre los 9 y 10 millones de kilos de una «calidad muy buena».
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