La lluvia impide a los leoneses disfrutar de un verano que no acaba de llegar

La lluvia vuelve a negar a León que disfrute de un verano que se está retrasando más de la cuenta.

Aunque el día amanecía despejado, y con temperaturas que superaban los 20 grados, poco a poco el cielo se empezaba a cubrir y el mercurio retrocedía.

Una inversión térmica que provocaba que los termómetros registraran menos grados en las horas centrales del día que al amanecer. Apenas se superaban los 15 grados cuando los leoneses buscaban la hora de la comida.

Y la tarde se complicaba aún más. Los paraguas, entre los más precavidos, empezaban a brotar con las primeras gotas, que se fueron intensificando con el paso de los minutos.

En pleno 9 de julio, la imagen era muy diferente a la esperada. Los charcos se apoderaban del suelo y las sandalias y ropa de verano no era suficiente para paliar la intensa lluvia que caía por momentos.

En la estación de trenes, la gente esperaba a cubierto a que escampara, algo que no que acababa de ocurrir. Muchos se aventuraban a una carrera en busca del transporte público, un taxi o se resignaban a mojarse bajo la lluvia.

También los peregrinos optaban por sacar sus chubasqueros que tenían que usar de forma imprevista. Otros, más rudimentarios, usaban bolsas de plástico hasta llegar al lugar de destino.

El episodio de lluvias ahogó la tarde de este martes en la previa de un partido crucial para España en la Eurocopa. Muchos dudaron si animarse a acudir a alguna terraza o quedarse en casa a disfrutar del partido.

La situación tiende a remitir este miércoles, 10 de julio, donde las temperaturas volverán a subir y el sol a asomarse en el cielo. Sin embargo, las temperaturas estarán muy distantes de aquellas de los veranos más calurosos donde la ciudad sufría y superaba los 40 grados con cierta normalidad.

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