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No hay algo que disfruten más los pequeños que completar la hazaña que supone echar a volar, a base de un 'ritual de fuego', un farolillo. Mayor gozo cuando se produce una lluvia de estrellas gracias a los mil farolillos que repartió el Ayuntamiento de León para su lanzamiento a través de la actividad 'Compartiendo ilusiones'.
Los primeros intrépidos se adelantaban al final de los deseos navideños de los escolares leoneses, saltándose la premisa de «no lanzar farolillos hasta que concluya el acto» y generando la expectación total por parte de las niñas y niños allí reunidos, que veían más cerca el inicio de su jolgorio.
Al finalizar los discursos del acto organizado por la concejalía de Educación, se daba el pistoletazo de salida para prender farol por farol, con más de un susto incluido. Por suerte los farolillos son ignífugos y biodegradables: junto a un árbol del paseo de la Condesa fueron a parar multitud de los artefactos voladores en llamas.
Risas, algo de frustración cuando no conseguía alzar el vuelo, gritos de euforia y sobre todo un San Marcos de fondo espectacular para engalanar una cita cuyo objetivo es hacer volar los deseos e ilusiones de los niños para el próximo año 2024.
Y una de esas ilusiones, manifestada por uno de los muchos alumnos que leyeron en el acto previo al lanzamiento, es el acceso a la educación para todos los niños del planeta y el fin de los tiempos de guerra que han marcado este 2023. Ojalá se cumplan todos.
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