Tensión a las puertas de la Audiencia Provincial de León cuando minutos antes de las ocho y media de la mañana el expolítico Pedro Muñoz hacía llegada a la sede judicial como acusado de una brutal agresión a su exmujer Raquel Díaz.
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La Asociación Feminista ... del Bierzo se había congregado en la calle Cid para recordarle al exdiputado que ellas son las amigas de la víctima y recibirle con gritos de «asesino, asesino». Ante este ambiente, el exedil de Coalición por El Bierzo en Ponferrada renunció a un café y buscó refugio en el palacio de justicia.
Todo ello minutos antes del inicio de un juicio en el que se reclama a Muñoz una pena de 18 años de prisión por un delito continuado de lesiones agravadas, por parte de la fiscalía; y hasta 23 años por intento de asesinato, por parte de la acusación particular.
Bajo una enorme expectación, este grupo de mujeres se concentraba para apoyar estos días a Raquel Díaz. «Emocionalmente será muy difícil para ella y hemos querido estar aquí, arropándola». Ellas se han posicionado en contra del escrito del fiscal y consideran que hubo «ensañamiento» para determinar una pena por tentativa de asesinato. «Queremos justicia».
Ante un numeroso grupo de medios de comunicación, el colectivo también ha abucheado al abogado defensor, al que increparon con gritos de «basta ya de justicia patriarcal» e insistieron en las proclamas de «asesino, asesino» hacia su cliente, ya refugiado en la Audiencia de León.
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Con pancartas de «maltratadores, a la cárcel», «no nos vais a silenciar», «Pedro, capullo, te queremos en el trullo» o «no fue agresión, fue intento de asesinato», las feministas bercianas exigieron justicia por los hechos acontecidos en mayo de 2020, en la casa que Pedro y Raquel compartían en Toreno, donde una presunta agresión del político dejó a la joven abogada parapléjica y con hasta 17 lesiones en su cuerpo. «Ha sido un tiempo brutal de espera, tres años y medio, como si no fuera salvaje lo que sucedió», sentenciaron.
Una hora más tarde, a las nueve y media, llegaba en furgoneta del CRA de discapacidad la víctima, Raquel Díaz. La mujer descendía con su silla de ruedas y accedía a la audiencia con el apoyo de los colectivos presentes. «Raquel, guerrera, aquí está tu trinchera». Ella, sonriente, accedía a la sede judicial sin hacer declaraciones.
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Solo 20 minutos después, la sesión daba comienzo en el interior de la sala de vistas con una enorme expectación.
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