Una mujer brillante y desconocida en una gran familia

Matutina nació en el seno de una familia recordada, aunque pocos conocen su historia. «Haciendo una investigación encontré como Faustina Álvarez -la primera inspectora de España y también leonesa- hablaba en varias cartas con María de Maetzu de su propia hija», relata la investigadora Beatriz García Prieto.

Matutina nació en Canales y se trasladó a Madrid para estudiar medicina en la Universidad Central, instalándose en la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maetzu. La directora le decía a su madre en esas misivas que Matutina «es trabajadora hasta el agotamiento […] no cuenta para el porvenir con otras garantía que su propio esfuerzo y tiene que sobresalir mucho para conseguir poco». Una estudiante brillante que obtuvo su carrera de manera gratuita con matrículas de honor.

Una leonesa brillante de la que Maetzu aseguraba que «estudia demasiado, pues en algunas épocas peligra su salud […] tiene mucho amor propio y fuerza de voluntad para conquistarse a fuerza de trabajo los primeros puestos».

A principios del verano de 1927, es contratada como médica en Riotinto, no obstante, «a pesar de que no era un mal trabajo, decidió especializarse en pediatría y ya, a finales de 1930, junto a otra compañera pediatra de la Residencia de Señoritas, María Teresa Junquera, abren en Oviedo una consulta para el tratamiento de enfermedades de la infancia», recuerda la investigadora Beatriz García Prieto.

Una mujer incansable, que no se conformó con un buen puesto de medicina, sino que luchó por sus sueños hasta lograr, junto a su amiga, los éxitos que su figura merecía. Un periódico de la época informa sobre el nombramiento de Matutina Rodríguez Álvarez como directora del Instituto de Puericultura de Oviedo: «La caridad empieza a destacarse en Asturias. De todas partes llega dinero para llenar las suscripciones en favor de remediar la miseria. Solo en el instituto de Puericultura, que dirige nuestra paisana la Doctora Matutina Rodríguez, oriunda de Canales, hay más de 90 niños en su mayor parte hijos de rebeldes, pero que son esmeradamente asistidos por la caridad ovetense».

El caso de Matutina Rodríguez es «impagable y desconocido» y gracias a publicaciones y noticias de la época Beatriz García ha conseguido encontrar y poner voz a la historia de una leonesa que «no solo era inteligente y una gran profesional, sino que además se caracterizaba por su bondad».