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Francisca Bohigas Gavilanes. Sandra Santos

Una lucha para que la mujer sea independiente del hombre

Francisca Bohigas Gavilanes ·

La catalana participó de manera muy activa en la vida pública del momento y se convirtió en la primera mujer diputada en las Cortes, una figura central en la reconstrucción de las derechas leonesas que creó Acción Femenina Leonesa y que animaba a las mujeres a participar en la vida política sin desatender el hogar

I. Santos

León

Viernes, 6 de marzo 2020

Una afortunada que supo aprovechar sus opciones y demostrar si valía. A pesar de que su familia no pertenecía a las capas más adineradas de la sociedad, sus padres le apoyaron y le facilitaron el acceso a un nivel educativo del que pocas mujeres, y hombres, podían disfrutar en España entonces y fomentaron que tuviese una trayectoria profesional.

Francisca Bohigas consiguió diversos títulos académicos de enseñanza superior, entre los que resalta su licenciatura en Filosofía y Letras por la Universidad Central de Madrid, miembro becada de la Residencia de Señoritas y en 1924 recibe una pensión por la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) para realizar estudios en Suiza y Alemania de psicología aplicados a la educación.

Una trayectoria educativa impecable que sumada a sus valías le hicieron poder formar parte de la junta directiva de una organización feminista como fue la Juventud Universitaria Feminista. «Hay que indicar que durante la juventud su toma de conciencia, como ciudadana y como mujer, no la desarrolló en círculos católicos sino en organizaciones de corte progresista», asegura Beatriz García Prieto, mientras comparte la historia de esta gran mujer con leonoticias.

Su regreso lleno de lucha

Cuando regresó a España, Francisca puso en práctica los métodos innovadores que había estudiado, los cuales también llegaron a León al convertirse en inspectora de primera enseñanza de la provincia a finales de 1928.

Alcanzó rápidamente un fuerte protagonismo en la vida pública y política. De hecho, en el marco de unos actos de propaganda en León a finales del verano de 1928 se convirtió en la primera mujer que en la provincia leonesa que tomaba parte de un mitin. Este vertiginoso ascenso político solo puede explicarse porque los dirigentes conservadores leoneses pronto vieron en su figura a una herramienta clave para atraer a las mujeres a sus posicionamientos ideológicos.

Su fuerza pública la llevó a convertirse en una figura central en la reconstrucción de las derechas leonesas creando Acción Femenina Leonesa. Durante los siguientes meses, la líder de AFL argumentó constantemente que era necesario que las mujeres se implicasen en los asuntos políticos. Y es que su retórica estuvo cargada de un intachable respeto por la pluralidad democrática durante todo el periodo republicano, «algo de lo que no podían presumir demasiados políticos y políticas de entonces», remarca Beatriz.

Un momento en el que el feminismo comenzaba a estar en auge y desde su ideología de derechas instó a las mujeres a participar de la vida política y social, aunque «pidió a las mujeres que combinasen sus deberes y derechos políticos con la labor en el hogar».

Diputada por León

Francisca Bohigas fue elegida de manera democrática y es elegida en las Cortes en 1923. Sin embargo, desafortunadamente para las españolas de la ideología de la nueva diputada, estas elecciones supusieron un punto y aparte en el movimiento católico de mujeres. Para estos sectores una cosa era la movilización electoral de las mujeres para obtener réditos en las urnas, pero otra muy diferente el que se dedicasen exclusivamente a la actividad política.

Los años como diputada fueron el periodo de su vida en el que defendió un ideal de mujer menos transgresor, se centró en cuestiones asociadas al ámbito educativo y tampoco mostró un gran interés por defender las problemáticas leonesas a pesar de ser diputada por León.

Cuando las Cortes fueron disueltas y se convocaron nuevas elecciones generales para febrero de 1936, Francisca Bohigas intentó concurrir de nuevo a los comicios, pero la CEDA decidió no incluirla en la candidatura por León.

La vida tras la política

Francisca Bohigas desde la inmediata postguerra fue una de las personas que más contribuyó, desde varios cargos institucionales a desarrollar el tejido de la pedagogía española en el franquismo. Durante los primeros lustros del franquismo Francisca mantuvo, con altibajos, un fuerte protagonismo en la esfera pública, sobre todo porque le correspondió frecuentemente presidir actos oficiales e institucionales una vez que se convirtió en 1950 en inspectora central de enseñanza primaria y, un año y medio después, en inspectora extraordinaria permanente.

«Bohigas representa un buen ejemplo de las contradicciones a las que tuvieron que enfrentarse las mujeres conservadoras durante este periodo de tantos y acelerados cambios en la historia de España», remarca la investigadora. Beatriz critica, aunque entiende el momento y asegura que «la mayor incoherencia de todas sería el hecho de que estas mujeres políticas estaban al servicio de una ideología que defendía que el ámbito natural de las españolas era el hogar».

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