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Imagen de archivo de unas oposiciones.
Una leonesa en el examen 'del pinganillo': «Se le desconfiguró y empezó a sonar en toda la clase»

Una leonesa en el examen 'del pinganillo': «Se le desconfiguró y empezó a sonar en toda la clase»

Una mala jugada por parte de los aparatos electrónicos ha generado que varios alumnos sean expulsados del examen de Penitenciarias que realizaban el pasado domingo en Madrid

Jueves, 8 de febrero 2024, 08:17

Las tecnologías pueden ser muy beneficiosas en algunos casos, pero en otros, pueden arruinar tu futuro en apenas segundos. «Nos tenían avisados de que los dispositivos tenían que estar apagados», explica Alba Vergara, leonesa estudiante del examen de acceso al cuerpo de ayudantes de instituciones ... penitenciarias.

Más de 9.000 alumnos fueron convocados el pasado domingo día 4 de febrero para realizar el examen de acceso a la oposición donde muchos se jugaban su futuro. La Universidad Complutense de Madrid dividía sus facultades para acoger a todos los alumnos que se presentaban en esta nueva convocatoria que se realiza cada año. «Nos dividían por apellidos, y yo al ser una de las últimas me tocó el aula 16 en la Facultad de Informática», explica Vergara que aún no se cree lo sucedido.

Tras años de estudio y una estimación temporal de dos años como base para poder conseguir tu plaza. Llegados a las puertas de la facultad y esperando a ser llamados, los estudiantes se presentaban con su DNI y accedían al aula de forma ordenada.

La hora de la verdad

Un parón en el aula que Vergara recuerda como «muy largo», ya que fueron casi 45 minutos de espera hasta que les entregaron la prueba. La lectura de la normativa y de las bases de la oposición dio comienzo al tiempo limitado. Los alumnos disponían de una hora y cuarenta minutos para realizar la prueba que consta de una plantilla para rellenar con las opciones correctas.

Alba Vergara preparándose para la oposición.

«Quedaban veinte minutos para finalizar la prueba y dos personas interrumpieron bruscamente la clase», recuerda la leonesa que confiesa que en ese momento «no entendió nada». Tras paralizar la prueba, las dos miembros del jurado pidieron que «todo aquel que tenga móvil se levante». Las normas eran claras. Varios de sus compañeros confesaron portar el teléfono móvil.

«El tribunal tocó los botones, y los dueños de las pantallas que se encendieron fueron invitados a salir del aula», asegura Vergara que defiende que «seguramente mucha gente lo llevaba encendido pero al no decirlo no fue expulsado».

Justos por pecadores

De su aula fueron tres los alumnos afectados, pero la joven leonesa no entendía muy bien que había pasado. «Al final cuando terminamos el examen empezaron a poner por los grupos la que se había liado», asegura mientras explica que en el aula vecina, número 16, una de las alumnas que se encontraba realizando el examen contaba con un pinganillo por el cual hacía escucha activa de las respuestas que desde fuera del aula le iban indicando.

Tras varios minutos el teléfono móvil se desconfiguró generando que las respuestas se escucharan por todo el aula y dando la voz de alarma a los miembros del tribunal. La estudiante fue expulsada de inmediato y esto generó que en todas las aulas se procediera a «buscar más casos que estuviesen copiando».

Una oposición «nada sencilla» que como confiesa la leonesa nacida en Benavente, «no es para jugar así con todo el esfuerzo».

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