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Manifestación frente a Botines. Lucía Gutiérrez
León se vuelca con Belén:«Tuve que encerrar a un menor por miedo»
Educadora social asesinada en Badajoz

León se vuelca con Belén:«Tuve que encerrar a un menor por miedo»

Educadores sociales reclaman medidas ante la desprotección del sector tras el asesinato en Badajoz

Jueves, 13 de marzo 2025, 20:53

Decenas de personas se congregaron este jueves 13 de marzo frente a Botines, en León, para exigir «medidas urgentes» que protejan a los educadores sociales, un sector que denuncia una grave desprotección frente a situaciones de riesgo.

La movilización surge en memoria de Belén, la educadora social asesinada por tres menores en un piso tutelado de Badajoz el pasado 10 de marzo.

A gritos de «No podemos seguir así», trabajadores del sector expresaron su preocupación por las condiciones en las que desempeñan su labor. Ratios insuficientes, turnos en solitario y falta de apoyo institucional fueron algunas de las principales quejas que se hicieron oír en la concentración.

Un sistema en el que «nadie mira por el bien del educador»

Maricruz, pedagoga con años de experiencia en casas de protección, explicó que la principal razón de la manifestación es la empatía con la compañera fallecida y con quienes siguen expuestos a situaciones de riesgo. «Es importante reivindicar nuestra figura, porque la sociedad no sabe realmente lo que hacemos en una casa de acogida», señaló.

«No puede haber una sola persona con menores a cargo»

Maricruz

Pedagoga

Uno de los problemas más graves, según denuncian, es que los educadores trabajan solos ante grupos numerosos de menores. «No puede haber una sola persona con menores a cargo, ni de noche ni de día», advirtió Maricruz, criticando la falta de protocolos adaptados a la realidad del sector.

«No lo van a cambiar porque no interesa»

Lucía

Educadora infantil

Lucía, quien estudió educación infantil, fue contundente en su denuncia: «El sistema está fatal. No lo van a cambiar porque no interesa. Pero tenemos que movilizarnos y seguir manifestándonos, porque la educación es lo más importante que tenemos». En su opinión, la situación es crítica a nivel nacional, no solo en Castilla y León. «Se necesitarían muchos recursos económicos y no los quieren invertir. No hay que perder la lucha, pero el cambio no llega», añadió.

Todas las imágenes de la manifestación realizada frente a Botines.

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Todas las imágenes de la manifestación realizada frente a Botines. Lucía Gutiérrez

Desprotección laboral

Andrea Gabela, trabajadora social, enfatizó la urgencia de ratios más justos: «No podemos estar un profesional solo para cuatro menores, porque no nos sentimos protegidos». Durante su etapa de prácticas, vivió una situación que le hizo sentirse vulnerable

«Me sentí amenazada y mal»

Andrea Gabela

Trabajadora social

«Tuve un encontronazo con una persona y fue frustrante. Me sentí amenazada y mal, y cuando estás en prácticas es aún peor, porque no eres todavía profesional», relató.

Victoria López, también trabajadora social, insistió en que toda la profesión está en peligro, desde educadores hasta integradores y psicólogos. «Estamos muy desprotegidos y hoy venimos a reivindicar nuestros derechos». En su experiencia, la falta de personal es un problema recurrente: «No puede haber una sola educadora con cuatro menores que han cometido delitos. Y no solo en centros de menores, también en CEAS nos encontramos con usuarios en situaciones extremas».

«Les han dejado bidones de gasolina en el portal»

Además, recordó casos concretos de amenazas a profesionales del sector. «Conozco a compañeras a las que les han dejado bidones de gasolina en el portal con una nota que decía 'ya sé dónde vives'. Esto es el pan de cada día», lamentó.

El miedo en primera persona

Lucía Da Silva, técnico en integración social, reveló que en su anterior trabajo se quedaba sola con hasta 16 menores, realizando tareas que van desde lavandería hasta vigilancia de seguridad. Ahora, en su actual centro, la situación no es mucho mejor: «El ratio va a cambiar y pasaremos a ser uno para 22 de noche y otro para 18 en la planta de arriba».

Su sensación es clara: no hay protección. «No nos valoran como trabajadores. Cumples horas interminables sin importar si los menores son agresivos o no. No todo son los chavales de Badajoz, pero sí hay casos muy peligrosos».

«No me agredieron porque encerré al menor»

Lucía Da Silva

Técnico en integración social

De hecho, ella misma ha vivido un episodio que podría haber terminado en tragedia. «Yo tuve un caso en el que, por suerte, no me agredieron porque encerré al menor. Pero esa fue mi suerte. Si no lo hubiese hecho, estaríamos hablando de otra cosa». Explicó que en ese momento estaba sola con siete menores, entre ellos uno con un perfil violento que siempre requería la presencia de vigilantes de seguridad.

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