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Volvieron los niños de Primera Comunión a derramar pétalos ante el paso del Carro Triunfante. La Diócesis de León ha celebrado en esta mañana la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, la popular fiesta del Corpus Christi.
El acto ha comenzado con una ... Misa Estacional en la Catedral y ha seguido con la tradicional procesión «como testimonio de veneración a la Santísima Eucaristía, teniendo en cuenta que la procesión prolonga la celebración de la Eucaristía y que culmina con la bendición impartida con el Santísimo Sacramento en el interior de la Catedral».
La procesión, que llevaba dos años sin poder celebrarse a causa de la pandemia, estuvo encabezada por la Cruz procesional de la Catedral y las Cruces parroquiales y ciriales. En el recorrido también han participados los pasos y cofradías participantes.
Las asociaciones de fieles y las asociaciones eucarísticas han estado al frente del cortejo procesional acompañadas por los niños que en este año han comulgado por primera vez y que han ocupado un espacio destacado en el centro de la calzada acompañados por sus padres en los laterales, a los que seguian integrantes de los institutos de vida consagrada, de los seminarios, del clero parroquial y los Cabildos de la Colegiata de San Isidoro y de la Catedral.
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Inmediatamente a continuación se ubicaba la carroza del Santísimo. El cortejo de esta procesión del Corpus Christi se completó con una representación de las hermandades y cofradías de la Semana Santa y desfilaron imágenes de distintas parroquias como la de la Piedad de San Salvador del Nido, la de Santo Tomás de Canterbury de Puente Castro, la del Niño Jesús de Santa Marina, y se cerró con la presencia de los miembros de la Comisión Permanente de la Junta Mayor de la Semana Santa acompañados por los abades de cada una de las cofradías de la Semana Santa o sus representantes.
En esta popular fiesta del Corpus Christi, se cierra este año, en la Iglesia de León el ciclo litúrgico de Pascua-Pentecostés, en la celebración del 'Día de la Caridad' desde el lema «Somos lo que damos, somos amor», que ha orientado la campaña especial de difusión promovida por Cáritas para testimoniar que «el amor, el recibido y el que damos, y también, el que somos, eso es lo que celebramos en esta gran fiesta de Cáritas, Día de la Caridad». Una celebración que además coincide con la conmemoración de los 75 años de historia de Cáritas en la Iglesia española, «en este aniversario de Amor por los demás, en el que queremos celebrar contigo que todos los seres humanos somos capaces de una solidaridad y una generosidad inmensas que brotan de nuestro interior cuando nos conmovemos ante el dolor de los demás».
«Celebramos que este Amor toma cuerpo y forma en el pan y en el vino, en la entrega que hace de su vida Jesús, el Hijo de Dios, para salvarnos de todas estas muertes cotidianas que nos empujan a vivir sin sentido» concluye este mensaje de Cáritas para remarcar que «Él nos libera y con su espíritu nos inspira para que nuestro horizonte se ensanche de esperanza y de propósito: aprender a amar y a dejarnos amar por Dios y por los demás».
Y en esa línea ha situado su mensaje para esta solemnidad del Corpus Christi el obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, en su carta pastoral titulada «De la adoración al compromiso por la vida y por la paz», cuando señala que «de principio a fin, los cristianos queremos amar a los demás y, en consecuencia, cada tiempo es tiempo de amor por el prójimo, como lo es este 75 aniversario de Cáritas que nos llena de alegría y gratitud sin límites».
«Cuando continúan y aumentan los motivos para la incertidumbre y la preocupación en nuestro mundo; cuando parece que falta una clara defensa de la vida, de la paz y de la dignidad que merece todo ser humano y la creación entera, obra de Dios» reflexiona en esta carta el pastor de la Iglesia de León para concluir que «es entonces cuando los cristianos, discípulos misioneros de Jesús, estamos urgidos a redoblar con esperanza nuestro compromiso a favor de la vida y de la paz. Nos alienta e impulsa Aquel que ha venido a darnos una vida abundante (cf. Jn 10,10) y nos ha enseñado a ser pacíficos y a estar al lado de quien más sufre, revelando así la misericordia del Padre que sana las heridas del Hijo sufriente en cada ser humano que las padece».
En su carta Mons. De las Heras subraya que «la fiesta del Corpus Christi, que tanto cuidamos y queremos festejar, tiene que fundarse en este dinamismo de amor y esperanza que se nos manifiesta en Jesucristo, de modo que podamos pasar con naturalidad de la adoración al compromiso por la vida y por la paz» porque «adorar al Señor nos ha de llevar a cuidar la vida humana y trabajar sin descanso por hacer desaparecer miedos y descartes hacia cualquiera de nuestros hermanos, en todas las etapas de la existencia terrena».
Y desde el lema «Somos lo que damos. Somos amor» concluye esta carta el obispo de León invitando a todos a que «seamos hombres y mujeres tan llenos de amor para darlo, como de vida y de paz para entregar a manos llenas. Celebremos con unción la Eucaristía, fuente y culmen de nuestra vida y misión, y adoremos de corazón a Jesús Sacramentado para poder repartir con amor pan de vida y de paz a este mundo que Dios tanto ama, y quiere que se salve y llegue al conocimiento de la verdad».
Por último, hay que recordar que hace ya ocho años, en 2014, esta misma procesión del Corpus Christi tuvo un significado especial porque sirvió entonces para clausurar el programa de actos con el que se conmemoró el 50 Aniversario del VI Congreso Eucarístico Nacional que acogió la ciudad de León en el año 1964.
De forma especial, en aquella procesión se desarrolló el acto de Adoración al Santísimo Sacramento frente a San Isidoro, donde el obispo Julián López impartió la bendición final. Y por primera vez en aquella procesión del año 2014 desfilaba una Custodia donada a la Diócesis de León por las Carmelitas de la Caridad-Vedruna que acogía la Sagrada Forma.
Esta nueva custodia para el servicio litúrgico de la Diócesis ha pasado a formar parte de los fondos del Museo Catedralicio-Diocesano y se trata de una pieza de notable valor realizada a mediados del siglo XX por la casa Talleres Granda, en plata dorada y decorada con motivos vegetales, y que este año 2022 será por séptimo año y tras dos de suspensión por la pandemia el centro de la procesión de esta solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
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