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Ha tenido que ser a escala 1:100, pero León ha recuperado parte de su legado patrimonial que algunos se empeñaron en hacer desaparecer.
El Instituto General y Técnico, que se levantó imponente en el corazón del ensanche de la capital leonesa entre 1917 y 1966, ha vuelto a la vida de la mano del maquetista Luis García.
En el edificio erigido sobre sus cimientos, el IES Juan del Enzina, ya reposa la maqueta que no pierde ningún detalle de aquel destacado inmueble.
«Representó un punto álgido del ensanche y nunca debió ser derribado», analizaba el artista junto a su creación, que supone su «gran sueño» de poder ver de nuevo este edificio en pie. «Ha sido extremadamente complejo de hacer para incluir todos los detalles que tenía. Ha sido un ejercicio duro de modelismo e impresión 3D para reflejar la realidad lo más cercana al cien por cien, que tiene que ser la máxima de cualquier maquetista».
El director del instituto, Luis Hernández, ha ensalzado la figura de este artista que lleva 16 años retratando en sus maquetas los iconos de León. «Hablamos de un maquetista de talla internacional, figura destacadísima con gran formación y con una obra reconocida», explicó como maestro de ceremonias antes de descubrir su nueva creación, que se sumará a la lista de monumentos y festejos leoneses ya representados por Luis García.
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Y sobre este relieve, el director provincial de Educación ponía en valor la historia de la ciudad escrita en edificios como este. Recordó el dicho de Roma: «Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini», apuntando a la «muerte de muchos edificios que no tenían que haberse hecho» y poniendo en valor a maquetas como esta en una «forma de supervivencia» de monumentos del pasado que sobreviven «como una fotografía en tres dimensiones».
Luis García ha tenido que basarse en planos y fotografías para recrear un centro educativo que se demolió en 1966 para dar paso al actual instituto, en uno de los mayores atentado arquitectónicos que ha sufrido la ciudad. «¿A quién se le ocurriría privarnos de esto?», se preguntaba el alcalde, José Antonio Diez, quien señalaba lo «difícil de explicar» de tropelías como esta o el derribo de los cubos de la muralla en la calle Carreras para dar paso a una carretera.
Tras seis meses de trabajo, en un plano que recoge todos los detalles de edificios que envolvían al Instituto General y Técnico en 1946, el maquetista no ha querido dejar pasar por alto nada para realizar una réplica lo más cercana a la realidad.
Una realidad hoy convertida en muros de hormigón y hierro que esconden la joya perdida de un pasado no tan lejano que ahora ha resucitado a escala reducida.
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Abel Verano
Fernando Morales y Álex Sánchez
Sara I. Belled y Jorge Marzo
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