PP de León, año 1 post-Teo

Es indudable que la caída de Pablo Casado y de Teodoro García Egea ha sido de tal calado que no solo afectará a la estructura del PP nacional. El «delayed» propio de las ondas sísmicas ha provocado que, en el PP de León, aún no se hayan enterado, pero se enterarán, más pronto que tarde.

El primer impacto sísmico en el PP de León tras la caída de Teo fue la expulsión de los grupos de WhatsApp tanto de alcaldes y portavoces, como de la junta directiva del PP, de José Miguel González Robles, exdiputado, exsecretario general del PP de León dimitido por haber querido ser lo que no es, licenciado en derecho.

La participación del «chivo expiatorio» del ex gran mandamás del PP en estos grupos de la famosa red social de mensajería instantánea fue una orden directa de Teodoro tanto al presidente Vélez como al secretario general David Fernández el mismo día que se desplazó a León para encumbrar a ambos como líderes del PP de León.

El matrimonio de conveniencia Vélez-Fernández, que hasta ahora vivían en una eterna luna de miel, aunque durmiendo en camas separadas, y con el viento a favor, no tardará en tener las primeras crisis. Ambos cónyuges avalados uno por Pablo y otro por Teo y Casero se han quedado huérfanos y desamparados, y lo que es peor, con el PP en caída libre y Vox arrasando en las encuestas.

La caída de Teo deja a la huérfana directiva provincial en manos del tutor Mañueco, que en su día apostó claramente por el candidato y alcalde de Villaquilambre, Manuel García, que, aunque llevaba como asesor de campaña al incombustible José Miguel González Robles, no dudó en apoyar para evitar que el alcalde de Almanza y el delfín de Silván se hicieran con el control del partido en León. El resultado fue el mismo que en el PP nacional, ni los detectives fueron capaces de doblegar las intenciones de los acólitos seguidores populares.

El presidente autonómico en funciones, inmerso ahora en los quehaceres poselectorales y una vez forme gobierno, seguramente, el futuro presidente del PP nacional le habilite para moldear el PP de Castilla y León y sus respectivas delegaciones con el fin de evitar el sorpasso de Vox el próximo año en las elecciones municipales. Una tarea extremadamente difícil teniendo en cuenta la derrama de votos que han sufrido los populares por los hechos acaecidos el último mes.

Sin una dirección solvente y sin una gerencia eficaz, recordemos que en el escándalo del falso título de José Miguel, Ana Beltrán por orden de Teodoro, se cobró la cabeza de Yolanda Gutiérrez gerente del PP con el fin de esconder las miserias de la gran mentira del hijo del alcalde de Valdepielago. El PP de León va a la deriva.

La gran prueba de fuego para el matrimonio de conveniencia del PP de León, si llega, son las elecciones municipales de 2023. Si Vélez no consigue gobernar la diputación de León y Fernández no consigue el ayuntamiento capitalino, que a tenor de los resultados autonómicos no lo conseguirán con toda seguridad, su mandato al frente del PP de León habrá finalizado y comenzará el año 1 de era post-Vélez.

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