León le pierde el miedo a AstraZeneca y vuelve a responder en masa a la emergencia sanitaria

Eva y Sheila iban recibiendo a aquellos cuya iniciales comprendían entre la S y la Z, y también a los que por cualquier otro motivo no habían podido acudir en su día. En apenas dos horas, este centro ya había inoculado 354 dosis de AstraZeneca, 112 de Moderna y 137 de Pfizer.

Las dudas generadas sobre los muy raros efectos secundarios de la profilaxis de Oxford no han amilanado a los leoneses de entre 62 y 65 años, que ponían el brazo sin temor.

Una de ellas era Paquita, enfermera, que se enteró por una cadena que podía acudir a vacunarse este jueves. «Todas las vacunas tienen el mismo problema y te pueden dar cosas; yo tengo el mismo miedo que cuando me puse la de la poleo. Me imagino que todas son iguales y hay un pequeño tanto por ciento que cae».

Y es que la recompensa de lograr la inmunidad bien merece la pena ante el ínfimo riesgo que supone esta vacuna. Otro vecino del municipio reconocía que iba a vacunarse porque sino «no vamos a poder hacer nada». Como próximos objetivos se marcaba algún viaje o ir a ver a sus hijos. «Tenemos que convivir con otra gente que nos puede contagiar, así que es mejor estar protegidos».

El buen ritmo de primera hora de la mañana ha permitido que pronto desaparecieran las colas y las dosis se suministraban prácticamente de forma instantánea. Otra de las sanitarias reconocía que ellas se ponen «nerviosas» cuando ven mucha cola tras el cristal, por lo que esta mañana se estaba llevando mejor. Además, animaba a todos los leoneses a que, en futuras convocatorias masivas, respondieran igual.

El goteo ha sido incesante durante toda la mañana, donde se han vuelto a administrar miles de dosis de AstraZeneca, Pfizer y Moderna, y a las puertas de la irrupción de Janssen en España.

Todo ello para que la provincia se encuentre cada día más cerca de la inmunidad de grupo y que pronto podamos regresar a la añorada vieja normalidad.