Subir por las viejas escaleras del 193 del Carrer de Tamarit, en pleno corazón de Barcelona, era respirar León. Quizá la bandera que ondeaba en el primer piso alimentaba esa sensación, tan especial, que se convertía en única al cruzar la puerta -siempre abierta- ... de la 'Casa de León en Barcelona'.
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En su interior toda la historia de León concentrada en media docena de estancias, comedor y una pequeña cocina incluida. Sus paredes eran un recorrido por la provincia con La Virgen del Camino en primer término, pero no faltaban los pendones, los escudos de los ayuntamientos y fotografías emblemáticas de la provincia y la capital.
Su actividad era tan intenta que, realmente, la 'casa de León en Barcelona' resultaba ser un 'techo' entrañable para los casi 30.000 leoneses que residen en Cataluña.
«Los que estamos aquí llevamos a León en el corazón, nuestro León, nuestra tierra», aseguraba su presidente, Joaquín González Llamazares. 30.000 leoneses arropados por ese trozo de León que al mismo tiempo daba aliento a empresarios y visitantes, y 300 socios que cada día se pasaban por las instalaciones para sentir y pisar tierra de León.
La Casa de León en Barcelona nació de la excisión del Hogar Centro Castellano Leonés en el año 1.986. León quería sentirse en solitario «como el resto de provincias que tienen sus casas».
El viaje, apasionante e intenso, ha terminado en silencio, sin levantar la voz, sin un mal gesto, sin aspavientos. Silencio decoroso, porque razones para gritar y denunciar había. La Casa de León abandona a sus 30.000 paisanos en Cataluña por 'agotamiento económico'.
Las aportaciones de las instituciones nunca llegaron en tiempo y forma y la directiva no podía soportar el 'agotamiento económico'. «Es una pena lo que ha ocurrido, me ha dolido en el corazón, desmontar la casa de todos los leoneses se ha hecho con lágrimas en los ojos, pero no nos quedaba otro remedio«, ha recordado con lamento Joaquín González Llamazares.
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Antes del cierre de nada sirvieron sus angustiosas, y respetuosas, llamadas a la Diputación Provincial. Los males, nunca se corrigieron.
La Casa de León en Barcelona era un referente institucional en Barcelona. Por allí pasaron personajes políticos del primer nivel (Duran i Lleida, representantes de todas las fuerzas políticas de la Generalitat, el Ayuntamiento, instituciones como el Ejército y, por supuesto, una buena dosis de leoneses).
Y todo aderezado con innumerables actividades, desde la celebración de la patrona Virgen del Camino hasta actos culturales, sociales y singulares como 'Genarín'.
León pierde a su mejor embajada, quizá una de las más necesarias. 30.000 leoneses se quedan sin su casa y, sin techo, se refugian en la 'Casa de Soria en Barcelona'. «Creo que los leoneses no nos merecíamos lo que ha ocurrido», sentencia su último presidente Joaquín González, cuya prudencia institucional impide ver el enorme alcance de la pérdida.
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