Ocho de los once grados de ingenierías en León se han quedado con plazas desiertas en este primer semestre del curso. Cada vez son menos las matriculaciones que se realizan en este tipo de especialidades a pesar de su alto porcentaje en la tasa de ... empleo y, por lo tanto, la problemática de incorporar a profesionales formados en estas ramas aumenta para las empresas de la provincia.
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A pesar de los múltiples convenios ofertados por empresas en la bolsa de empleo de la Universidad de León, las vacantes siguen vacías tres meses después del inicio del curso. «Este año está ocurriendo algo inusual», explica Álvaro Calero, director de Recursos Humanos en la empresa Vexiza, entidad colaboradora en la bolsa de empleo de la ULE. «Tenemos varios puestos ofertados para estudiantes de la universidad que no hemos conseguido cubrir en este primer trimestre», añade.
La problemática se extiende a todas las ramas de ingenierías ofertadas. Según informan desde la Federación Leonesa de Empresarios de todas las ofertas publicadas en su portal de empleo en el año 2023, un 10 por ciento solicitaban ingenieros.
La falta de especialistas en estos sectores preocupa a la gran mayoría de las empresas a nivel nacional, y esta problemática también ha llegado a las compañías leonesas. «Apreciamos la falta de ingenieros en nuestro sector, sobre todo en cuanto a los derivados de formaciones profesionales», indica Noemí Alonso Pérez, directora financiera de Elyte Leonesa de Montaje S.A. «Los perfiles con más experiencia son los que cuesta encontrar en León», añade Álvaro Calero. «Ya no hacemos contratos en prácticas, sino que directamente optamos por un contrato laboral que sea más atractivo para que la gente se quede en nuestra empresa. A pesar de ello no encontramos personal con compromiso, la mayoría opta por irse a trabajar a ciudades más grandes», añade Vanesa Santos, responsable de Control de Gestión de la empresa Milsa Trillo Galicia SA.
Según los datos del portal Fele Empleo, las especialidades más demandadas de ingeniería son las de edificación, tecnología, diseño de planos y BIM, informática y calidad-PRL. Además, según datos de este mismo portal, solo un 5% de los demandantes registrados tienen este tipo de perfil.
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Los grados en ingeniería Informática, Aeroespacial o de Datos e Inteligencia Artificial son los más solicitados de la universidad, cubriendo todas sus plazas y siendo los más demandados en las empresas leonesas.
«Nosotros buscamos ingenieros industriales y nos llegan solicitudes de todos los puntos de España», explica Alonso. «En nuestra empresa contamos con cuatro plazas vacantes en Ingeniería Informática, y volveremos a ofrecerlas para el mes de Enero», explica Calero.
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Son muchas las empresas con puestos vacantes que en los últimos meses han notado este vacío en la demanda de empleo. «Nosotros buscábamos un perfil de Ingeniería Mecánica o Eléctrica, pero nos hemos visto obligados a abrirnos a otro tipo de ingenierías porque es imposible encontrar gente», explica Vanesa Santos.
Cada vez menos empresas recurren a contratar por la vía tradicional ya que «a penas llegan curriculum de forma presencial», aseguran las industrias leonesas. «Tenemos que ir a por ellos. Los curriculum ya no llegan como antes sino que somos nosotros los que captamos a los trabajadores por redes sociales, nos fijamos en su perfil, les contactamos y a partir de ahí realizamos la entrevista», indica el director de Recursos Humanos de Vexiza.
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El programa de Formación y Desarrollo Laboral que la ULE implanta, mediante la bolsa de empleo para sus estudiantes ayuda a crear el primer contacto entre los estudiantes, y las propias empresas. «A la hora de encontrar un perfil, no tardamos mucho porque cuando una persona entra de becario con nosotros, si encaja en el perfil del puesto suele quedarse. Eso sí, si tenemos que recurrir al mercado exterior todo se complica», añade Alonso.
«La empresa quería que me quedase, me lo dijo incluso antes de entrar y firmar el contrato de prácticas», explica Rodrigo Gómez, estudiante de cuarto curso de Ingeniería Mecánica en la ULE. «Te forman con la idea de que acabes siendo parte de su plantilla», indica el estudiante. «Desde que apruebas el 50 por ciento de los créditos de la carrera puedes empezar a hacer prácticas, eso ya depende de ti, porque no son obligatorias», asegura tras haber elegido comenzar las prácticas en su tercer año.
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Según informa la Agencia de Desarrollo Local del Ayuntamiento de León, Ildefe, este tipo de perfiles laborales está muy demandado. «El incremento de la demanda no solo se produce a nivel local, sino a nivel mundial. La mayoría de los jóvenes deciden irse de las empresas de León para crecer y desarrollarse en otras ciudades, muchos con la idea de volver, pero otros se van para quedarse», explica Miguel Paz, coordinador de Formación y Empleo de la entidad y responsable del proyecto de Atracción y Retención de Talento del Ayuntamiento de León. «Además, las empresas tienen cada vez más seguimiento de los estudiantes desde los primeros cursos de la universidad, por ello compiten entre ellas para vincularlos a sus proyectos y que salgan formados en su desarrollo laboral», indican al hablar de las ofertas que cubren. Y es que, según indican, «son gente que puede elegir, las empresas compiten entre ellas para captarlos».
La mayor parte de los estudiantes de ingeniería consigue un contrato laboral antes incluso de terminar sus estudios, pero tras obtener experiencia laboral muchos deciden irse fuera de León. «El problema de la generación Z es que tiene una mentalidad que piensa que para desarrollarse y crecer profesionalmente tienen que irse a grandes empresas fuera de León sin pararse y valorar la proyección que tenemos las empresas aquí», aseguraba Trillo. La mayor problemática que hay para la responsable de Control y Gestión es «la falta de compromiso».
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Las empresas colaboradoras de bolsas en prácticas crean convenios que normalmente, finalizan firmando un contrato a sus becarios para empezar a formar parte de su plantilla. Esto genera que la empresa no solo forme a personas sin experiencia, sino que invierta en una formación que a largo plazo será una inversión en conocimientos para sus trabajadores. «La problemática también reside en que a pesar de contar con uno de los convenios más elevados para nuestros trabajadores, los jóvenes deciden finalizar su contrato para desarrollarse en otras ciudades. Esto genera pérdidas para la empresa, porque has empleado un año en formar a una persona que te lo agradece pero se va, y eso significa volver a empezar.»
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