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A la pregunta de si la cuesta de enero cuesta, una respuesta que no por redundante deja de ser menos cierta: «cuesta, cuesta. Claro que cuesta». Con el papel de regalo ya en el contenedor, el marisco, los embutidos, las carnes y el pescado ya degustados y el árbol y el belén de vuelta al desván, toca hacer balance de las fiestas y abrir con algo de temor la aplicación del banco.
Porque estas navidades han vuelto, ya sí, a ser normales. Lejos quedó la pandemia y sus restricciones. Las calles volvieron a llenarse, los comercios facturaron de nuevo para satisfacer las cartas de Papá Noel y los Reyes Magos. Las discotecas no dejaron apenas cotillones sin vender y la hostelería no dejó mesa o barra sin llenar.
Pero tras la fiesta, la realidad. Vuelve enero y con él la temida cuesta que obliga a apretarse el cinturón. En un año con el IPC disparado y la alimentación más cara que nunca, es el momento de aguzar el ingenio y aprovechar las ofertas. Precisamente a la salida de un supermercado nos atiende María, que reconoce que la cuesta de enero se le está haciendo «cuesta arriba» por los precios. «Pensé que habría más promociones y oportunidades de 2x1 y no. Después de los días festivos la despensa está vacía en casa y algo tienen que hacer», pide, al tiempo que reconoce que «de momento, cuesta».
Otra leonesa que ya se prepara para los gastos del mes es Blanca, que afrontará las próximas semanas «como se pueda». Los gastos -«muchos, muchos gastos»- de las fiestas obligan a aprovechar al máximo las rebajas, pero lo cierto es que tanto los regalos como las comidas y reuniones se han hecho «con mucha alegría y mucha ilusión, así que la cuesta de enero la llevaremos bien ayudándonos de los descuentos que pongan». «Con ánimo y alegría yo creo que lo conseguiremos», confía esta leonesa.
Una alegría que representa María, andaluza afincada en Cataluña y que suele pasar los veranos y navidades en León. Reconoce que lleva la cuesta de enero bien, «gastando los dineros y dejándolos en León, que estamos de vacaciones». Porque, al igual que Beatriz, que sale de una conocida tienda de ropa tras hacer las primeras compras de las rebajas, cree que todo está «normal, con la gente comprando y aprovechando los descuentos como siempre».
Y luego hay otros vecinos como Delia, también de visita a León por estas fechas que comparte su truco para que la cuesta de enero sea más llevadera: dejar los regalos para después de navidad. «Con los años ya me preparo mejor. Trato de no gastar tanto y me preparo para que cuando venga enero sea un mes más normal, y como sabemos que las rebajas vienen después de las fiestas los regalos vienen ahora», porque, como recuerda, «por unos días de diferencia no pasa nada y así aprovecho las rebajas».
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