Cuando León votó a una pionera

El destino de la inspectora primera de educación en aquel invierno fue La Bañeza. Tras haber empezado a ejercer en Lleida, la catalana Francisca de Paula Bohigas y Gavilanes aterrizaba en una provincia fuertemente conservadora en la que, en principio, iba a ejercer tras el fallecimiento del inspector titular. Pero, consciente o no antes de llegar, su papel iría mucho más allá de la función pública.

Francisca Bohigas fue la única diputada conservadora de la II República Española. Y lo fue por la provincia de León, a pesar de que su trayectoria no haya tenido el calado de otras figuras femeninas de aquellos días. Aunque para llegar hasta aquí toca remontarse unos años atrás.

Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Central de Madrid, Bohigas traía a León la mezcla efervescente entre el feminismo católico y las influencias recibidas en sus estancias académicas en Suiza y Alemania, que fueron posibles gracias a la beca de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.

Con todo esto, la inspectora comenzó pronto a ser pionera. Como apunta en sus investigaciones Alejandro Camino, fue la primera mujer que tomó parte en un mitin político en la provincia de León. Acababa el verano de 1928 y Francisca Bohigas se subió a las tablas en Sahagún y Villafranca del Bierzo de la mano de la Unión Patriótica de Primo de Rivera, en un acto que fue el inicio de todo. Menos de la dictadura.

Como apunta Camino en su investigación desarrollada en la Universidad Autónoma de Madrid, Bohigas «aunque nunca reivindicó la igualdad completa entre hombres y mujeres en todos los ámbitos, siempre defendió la idea de que era necesario que las mujeres se implicasen activamente en la vida política y pública».

La emergente oradora no tardó en ser un nombre propio en la provincia, donde animó a las mujeres a luchar por modificar la situación por la que tenían las mismas obligaciones que los hombres, pero muy pocos de sus derechos.

De ideología marcadamente católica y conservadora, Francisca Bohigas encontró ciertas dificultades en la defensa de sus valores con la caída del régimen y la llegada de la II República, si bien perseveró en sus postulados. Descartó presentarse a las elecciones generales de junio de 1931 por Acción Nacional, partido que le animó a sumarse a sus filas, pero esperó el momento mientras su nombre se hacía indispensable en la política leonesa.

El punto clave llegaría a finales de año. La política catalana fundó Acción Femenina Leonesa, una organización que se integró en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) para las elecciones de 1933. De aquella época es su frase «si triunfásemos, sepamos ser generosos con los vencidos, si nos derrotasen, tengamos serenidad y sigamos trabajando sin desmayo para conseguir la victoria en otra ocasión», un lema que habla a las claras de su talante democrático en aquel periodo.

Y tras no pocos mítines en los que Francisca llamó a las mujeres a hacer una reflexión sobre su voto más allá de pedirlo para sí misma, la política se presentó a las generales de noviembre y diciembre de 1933 tras pactar la lista de la Ceda, liderada por José María Gil Robles.

71.830 votos obtuvo en León la protagonista de esta historia, lo que le llevó a ser la única diputada conservadora en el Congreso. Su bagaje político en Cortes se apoyó fundamentalmente en medidas destinadas a la educación, aunque no dejó de lado el empoderamiento femenino siempre visto desde una perspectiva católica.

De hecho, no tardarían en surgir enemigos incluso en sus filas que vieron el peligro en el crecimiento del papel de la mujer en la política. «Compartió muchas de las medidas implantadas por el gobierno del primer bienio republicano con el fin de profesionalizar la labor de los docentes y de los inspectores. Toda esta actividad ha provocado que algunos autores no duden en defender que fue una de las personas con mayor influencia dentro de la política educativa durante la Segunda República», señala Alejandro Camino.

Pese a su gran desempeño en el hemiciclo, sus desavenencias con la dirección de la Ceda le llevaron a no ser incluida en las listas para los comicios del 36, año que trajo la victoria del Frente Popular y el estallido de la Guerra Civil.

Así, al comienzo de la contienda fue destituida por la República como inspectora por considerarla enemiga del régimen, situación que volvió a su origen tras la toma de León por parte de los nacionales.

No son pocos los escritos que apuntan a la complacencia de Francisca Bohigas con la causa sublevada y con el posterior régimen de Franco, siendo de los pocos inspectores que no fue represaliado. Es más, editó durante la nueva dictadura material didáctico al cobijo de la Sección Femenina.

La inspectora, diputada, y escritora Francisca Bohigasrancisca Bohigas falleció en Madrid en 1973 dejando el legado de una vida activa en un tiempo convulso que, a pesar de todo, no ha trascendido como podría esperarse.