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Ni siquiera ha llegado Halloween y en los supermercados ya se venden turrones y dulces navideños. La campaña de Navidad cada vez comienza antes y cada año se adelanta unos días. Y el motivo es sencillo: empezar a vender productos que creen antojo a la gente para que los vayan comprando a cuentagotas.
Y así, a cuentagotas, pasa la gente por la sección de turrones y dulces en un céntrico supermercado de León, donde poco a poco van añadiendo decoración navideña. No por necesidad ni porque quieran ir comprando para almacenarlos y sacarlos en los días clave, sino porque verlos tras meses sin aparecer por las estanterías generan «gula». Generalmente, hasta que no se ponen la gente no se acuerda de estos dulces, cuenta Mar Silva, trabajadora de Autoservicios Familia: «Hasta que no montamos los panetones la gente no se acuerda, ahí es cuando te empiezan a preguntar por los turrones y el granel».
«La gente lo quiere según lo montas y ya está esperando, si antes era a primeros de noviembre ahora se montan un mes antes y aún así se lo llevan», reconoce Mar, que comenta que lo que más se compra con antelación es marisco: «Almejas, percebes, babosa... todo lo que se come en esos días». Eso es una comida atemporal, pero el turrón no. O al menos de momento. Porque de seguir esta tendencia los supermercados empezarán a venderlos en verano... o no dejarán de venderlos, directamente. «Creo que el turrón clásico si lo hubiera todo el año no sería como Navidad, pero siempre picaría alguien», señala.
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Es el caso de Conchita López, que no se ha podido resistir a mirar los dulces navideños tras pasar por delante: «Los estoy mirando porque soy muy golosa», explica, a la vez que en tono irónico dice que le parece «muy mal» que los vendan tan pronto. «Me parece mal porque lo compro», advierte entre risas, y aunque hoy no va a comprar nada, mañana habrá que ver «lo que caiga».
Carmen Abad y Rafael Alonso sí que se animaron a coger una caja de turrón, aunque por simple «gula» de Rafael. «Está muy bueno, además igual luego los más ricos ya no quedan, pero realmente lo cogemos porque está muy bueno», confesaba. De la misma manera cayó en la tentación el marido de Chelo Taboada, «que como está muy delgado puede comerlo».
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Ella, no obstante, se mantiene estoica ante el jugoso deseo de los nuevos turrones de este año: «No, no, yo hasta que no llegue la hora de comerlos no, es gula de él, a mi no me valen las novedades». Y con la carne y el pescado igual,» todo hay que comerlo fresco». «Si total, no hay mucha diferencia, yo todo reciente casi el día de Nochebuena, hay de todo en todos los sitios y puedes comprar cuando te dé la gana», remarca.
De momento no se han hecho con las principales estanterías de los supermercados, ocupadas ahora por productos de temática Halloween. Llevan apenas presentes unos pocos días y en otros negocios aún no tienen previsto sacarlos hasta finales de octubre, pero la realidad es la que es: la gente lo compra. Sea por el motivo que sea, lo cierto es que lo que interesa a las empresas es vender, cosa que consiguen. Más por una acción de generar necesidad o gula que porque el usuario se vea obligado, al final el resultado es el que buscan.
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