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En un lado quedaron los sindicatos y en el otro el resto de ciudadanos. Y fue ahí, en esa segunda parte, donde el leonesismo volvía a sacar a la calle a miles de personas que acudían con banderas de León y no dudaban en gritar ... aquello de «León sin Castilla, una maravilla».
Grandes pancartas, seguidas de centenares de leoneses, acompañaron a la música tradicional por las calles de León. Fueron muchos los que reclamaron la autonomía para la Región Leonesa, e incluso gente llegada de Zamora y Salamanca se quisieron unir a la manifestación.
«Sin León no hubiera España», recordaba uno de los carteles, y tras ello una gigante bandera de León era sujetada por decenas de personas. «Autonomía, País Leonés», exigían los concejos que reclamaban un futuro para esta tierra desligado de la actual comunidad de Castilla y León.
Niños y mayores acudieron ataviados con banderas. León se convertía en una fiesta por momentos, con muchos asistentes bailando a ritmo de la flauta dulce, el tambor y la gaita. Otros botaban cantando «castellano el que no bote».
Un gran mensaje se alzaba entre los asistentes 'LEXIT', como petición de la disgregación de las provincia leonesas de las castellanas. También aparecían banderas de la actual comunidad pero con los castillos tachados.
No quisieron tampoco las mascotas mostrar su disconformidad con el mapa autonómico, e incluso una persona disfraza de león pedía a los políticos volver a la escuela para recordar las regiones históricas de España.
El leonesismo se hizo fuerte y resucitó en un domingo donde el futuro de León salió a la calle, la petición de una nueva comunidad para la Región Leonesa rugía como hace décadas y donde el magenta tomó las calles de su ciudad para pedir su autonomía.
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