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Castilla y León quiere posicionarse como principal generador de hidrógeno verde en España y se marca el reto de generar a través de la economía que rodea a esta forma de energía limpia cerca de 3.200 empleos para el año 2030.
Con el objetivo ... de impulsar los proyectos que permitan a la comunidad encabezar esta nueva forma de producir energía renovable la Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno ha celebrado este lunes en León su primera asamblea en la que sus 53 asociados han definido la ruta a seguir. 1A Ingenieros, Tresca, Grupo Ibereólica y el Centro Tecnológico Cartif se incorporan a la junta directiva de una asociación que mantiene a Rafael Barbero como director general.
Con entidades privadas, centros de conocimiento tecnológico y universidad y entes públicos como el Ente Regional de la Energía, la asociación quiere crear un marco óptimo en el que desarrollar proyectos encaminados a la descarbonización y la tecnología. «Queremos, además de generar hidrógeno verde, que en el territorio se asienten empresas que utilicen esta energía y que desarrollen tecnologías ligadas a la cadena de valor del hidrógeno», explicaba Barbero tras la reunión de los asociados.
León es clave para conseguir este objetivo y cuenta con los recursos y conocimientos necesarios para que así sea. Y es que para Barbero las expectativas de lo que esta economía puede generar son «impresionantes». «Para generar hidrógeno renovable hacen falta energías con fuentes renovables como la eólica y la fotovoltaica y agua. En Castilla y León hay suficiente de estas fuentes para poder tener una economía muy importante y desarrollar proyectos de hidrógeno que generen empleo», explicaba, al tiempo que vaticinaba que la comunidad «será una de las autonomía de España con más potencial para desarrollar una economía ligada al hidrógeno». De hecho, Castilla y León aspira a contar con una cuota de mercado del 25% de la generación nacional, en línea con la presencia que tiene con el sector de las energías renovables.
Por su parte Alfonso Arroyo, director del EREN, definía este proyecto como «el claro ejemplo de colaboración público-privada entre empresas, instituciones y organismos científicos». Una alianza fundamental para afrontar «uno de los retos más apasionantes de las próximas décadas» como es «cambiar las formas tradicionales de generar energía por un nuevo vector».
Señalaba Arroyo el potencial de la comunidad para encabezar esta renovación y hacía memoria de la tradición que arrastra la misma, desde las primeras centrales hidroeléctricas hasta las ahora desmanteladas centrales térmicas. El futuro pasa por las energías renovables, con Castilla y León encabezando la producción eólica y fotovoltaica y a la que quiere sumar la del hidrógeno verde. «El hidrógeno es todavía una puerta a abrir, por lo que hay que estar posicionados ante los organismos nacionales y las instituciones comunitarias que apuestan por descarbonizar la economía y hacer de la generación energética un verdadero potencial», concluyó.
El reto que se marca ahora la asociación, que espera pronto dar la bienvenida a ayuntamientos que quieran asentar en sus localidades estos proyectos, pasa por crear un marco con infraestructuras, financiación e incentivos para que León se convierta en referente en la generación y creación de empleo ligado al hidrógeno verde.
Actualmente, Castilla y León acoge más de 35 proyectos de generación de hidrógeno, la mayoría de ellos en fase de desarrollo y tramitación, que suman una inversión cercana a los 9.000 millones de euros.
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