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RUBÉN FARIÑAS
LEÓN
Jueves, 8 de junio 2017
La torre correspondiente al ángulo suroriental de la muralla romana situada en Conde Rebolledo, y que sufrió un gran desprendimiento hace unos meses, se encuentra en fase de adjudicación para llevar a cabo su restauración por una empresa especializada.
Así lo ha confirmado el ... arqueólogo municipal, Victorino García Marcos, que ha señalado un proceso de tres fases para reestructurar esta zona. Primero se llevará a cabo una lectura de paramentos, antes de iniciarse la restauración. Posteriormente, se realizará un control de las labores de restauración, una vez consolidada la estructura de la torre, ya que la muralla «está en perfectas condiciones», pero la torre ofrecía problemas y por ellos se ha derribado en parte. Y, por último, una vez que esté consolidada, se harán excavaciones arqueológicas en el subsuelo para intentar datar «de una vez» la muralla tardorromana.
El Ayuntamiento de León nunca ha podido trabajar en fechar esta estructura histórica por su interior, ya que se encuentra paralelamente la muralla medieval, y por fuera «nunca hemos podido hacer una excavación en condiciones». Por ello, tratarán ahora de dar con una estatigrafía y datar de una manera determinada la cronología de la muralla, que actualmente está centrada en finales del siglo III «pero a ver si los materiales nos pueden confirmar esa fecha».
Además, Victorino García Marcos ha objetado que hay que tener en cuenta el sótano de un edificio situado en la zona izquierda de la torre. En el mismo, hoy tan sólo hay escombros y la estatigrafía precedente se puede haber desmantelado, lo que convierte a esta zona de trabajos arqueológicos en un área «un poco complicada».
A pesar de todos los inconvenientes que ha supuesto la intervención en Conde Rebolledo, desde la Concejalía de Patrimonio aseguran no arrepentirse de la decisión tomada. «El día que se decide derribar la casa y el tendejón me dieron un alegrón grande», ha manifestado el encargado de arqueología.
Los encargados de estudiar los orígenes de la ciudad han indicado la necesidad de distinguir entre el núcleo de la torre «que sí es tardorromano» y el forro exterior, que en su día ya tuvo un estudio arqueológico –cuando se intervino en las obras del Palacio de los Condes de Luna- y se dató en el siglo XIV. «Ello no le merma valor, por no ser romano, pero vimos que esa torre ya se llamaba ‘torre derribada’ y que había dado problemas en el pasado».
Victorino García ha reconocido que el derrumbe, por lo tanto, era «inevitable y no se trató de ninguna negligencia». De hecho, en 1945, tuvo que acudir un arquitecto de Bellas Artes de Madrid para desmontar parte de la torre y él mismo describe unas condiciones ‘catastróficas’ de esa zona.
Por otro lado, la torre original que se elevaba donde se ha producido el desprendimiento en Conde Rebolledo, era «más grande que lo que vemos en la actualidad». Además, por debajo de la antigua acera se halló una línea de grandes sillares, lo que permitió deducir que en ese lugar había una torre con desarrollo exterior más grande que el actual.
Desde el Ayuntamiento de León se trabaja por encontrar la empresa que logre sujetar lo que queda en pie del cubo. En principio, aunque sin ser descartado por el arqueólogo municipal, no se prevén nuevos desprendimientos. «Si los técnicos hubieran visto que corre peligro ya hubieran tomado medidas, entiendo que no ven riesgo inminente», ha finalizado Victorino.
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