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León para este 12M para reivindicar una 'discriminación positiva' que evite su ruina.
León se para

León se para

León se muere y los sindicatos ya se han apuntado a levantar la bandera de León. No es poco, aunque conviene no olvidar que ellos formaron una parte muy importante del actual problema

J. Calvo

León

Jueves, 12 de mayo 2022, 08:07

Este 12 de mayo León para. De tarde en tarde la provincia leonesa se sume en una especie de rebeldía incondicional que le lleva a salir a la calle y gritar. Puede ser para alzar la voz, para que sean escuchadas sus múltiples desdichas o, ... simplemente, como una especie de grito al aire para sentirse mejor con uno mismo. Gritar desestresa, y eso es una evidencia.

Los sindicatos, los mismos que se enriquecen con las ayudas públicas para sustentar un esqueleto atrofiado por la artrosis y que les ha llevado a alejarse cada día más de la calle, han decidido llamar de nuevo a la sociedad leonesa para parar su actividad en esa jornada durante una hora. Eso sí, el colofón lo marca otro llamamiento, en esta ocasión para salir a la calle y contar a los cuatro vientos las desdichas que sacuden a León y a los leoneses.

A este León noqueado por el olvido, sometido a políticas equívocas, desindustrializado porque los distintos gobiernos le han ignorado y sin una hoja de ruta fija, le sobran razones para protestar. Realmente las tiene todas.

Pocas provincias han sido víctimas de un poder de destrucción de su arquitectura industrial, económica y social como la leonesa. Y la reflexión no es un lametón en la herida. La clave, o una de las primordiales, estuvo en el terrible efecto que el fin de la minería tuvo en la provincia.

Aquel motor económico gripó a velocidad de vértigo, en un tiempo récord, y lo hizo en medio de enormes sanguijuelas que solo se preocuparon de su propio beneficio. Nadie entonces pensó en León, en su tierra y en sus gentes.

Ningún proceso de reindustrialización fue tan nefasto, desorganizado e irresponsable. En su conjunto, en la provincia se invirtieron más de 22.000 millones de euros en ayudas, que se elevarían ampliamente por encima de los 25.000 millones con las posteriores reinversiones. ¿Dónde fueron todos esos millones de euros?

Aquellos incentivos fueron un timo y con ellos la provincia metió los pies en una especie de fango que hace casi imposible avanzar. De aquello, por cierto, los sindicatos también fueron culpables (muy culpables se puede afirmar sin complejos).

Reinventarse tras aquella desdicha no ha resultado una cuestión sencilla. Y en eso está la provincia, que busca desesperadamente un camino al futuro entre zancadillas, torpes decisiones, niñerías y falta de decisión política, esencialmente.

Se podría hablar de Torneros, como ejemplo de incumplimientos y tontería política. Torneros son 198 hectáreas de futuro, de las que 54 hectáreas corresponden al sistema general ferroviario y las 144 hectáreas restantes a la plataforma logística. El sistema ferroviario, según los expertos, es clave en este proyecto. Clave, que no se olvide.

Sin embargo, ese elemento de inflexión industrial se encuentra hoy sometido a todo tipo de tensiones políticas, a una rivalidad estúpida entre gobiernos y una indecisión ejecutiva que le condena a una parálisis insoportable desde hace... 14 años. 14 largos años esperando. Los pasos son tan lentos que, realmente, la sensación general es de ineficacia política absoluta.

Esas pinceladas, y otras, justifican la necesidad de los leoneses de salir a la calle, de protestar, de gritar a los cuatro vientos que nadie, absolutamente nadie, tiene un interés real en revertir una situación caótica para una provincia que atesora el corazón de España.

Claro que los sindicatos ya se han apuntado a levantar la bandera de León. No es poco, aunque no conviene olvidar que ellos formaron una parte muy importante del actual problema.

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