Más de 4.500 personas lucharán contra el fuego en Castilla y León en un operativo que se ha tenido que adaptar a las normas de seguridad derivadas de la covid-19.
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El consejero de Medio Ambiente ha presentado el plan antiincendios en el ... Edificio del Fuego de la capital para analizar una campaña que, en principio, no debería ser muy dura, tras una primera parte del año con menos incendios y menos hectáreas quemadas.
Juan Carlos Suárez-Quiñones ha hecho balance de estos meses de 2020 donde se registraron un 66% menos de incendios que la media de la década y un 80% menos de superficie quemada, del cual su incidencia en zonas arboladas fue un 83% inferior.
Los datos climatológicos han ayudado a que esa tendencia sea mejor y «todo debería hacer indicar que no tendría que ser un mal verano en incendios», aunque se recalca que estos pronósticos son «muy aventurados» ya que los vientos, la humedad y el calor puede alterarlo todo. Por ello se pide a la población: extremar precauciones y evitar imprudencias en un territorio con el 51% de su superficie forestal.
A partir del 1 de julio, se pondrá en marcha el dispositivo para la temporada de riesgo alto y que contará con varias novedades.
Se mantiene una cifra cercana a los 4.500 efectivos, con modificaciones en las cuadrillas que van a trabajar más meses que en ocasiones anteriores. Habrá nuevos agentes medioambientales, con 20 técnicos de apoyo incorporados a los centros provinciales y autonómico de mando y todos ellos titulados. Y otra novedad serán la incorporación de dos equipos especialistas en medios aéreos para toda la comunidad.
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A ellos se sumarán 31 medios aéreos, 202 cuadrillas terrestres, de las cuales 75 serán helitransportadas, 311 autobombas y 32 retenes con maquinaria buldócer o las 20 cámaras que vigilarán las zonas con más peligro en El Bierzo.
Quiñones ha alertado de la necesidad de que entre todos logren rebajar el más de 90% de incendios que tienen en la mano del hombre su origen. Además, este año, la vegetación ha crecido mucho por las condiciones ambientales. «Hay que tomarse con interés la eliminación de malas hierbas o rastrojos por parte de particulares, los propietarios de las fincas, las empresas y las administraciones. No solo es quitarla, también recogerla y retirarla para proteger las zonas periurbanas de nuestros pueblos».
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Y más en una temporada donde se espera un repunte del turismo de interior al ofrecer la comunidad una variada oferta natural para viajar de forma segura en estos tiempos de pandemia.
La Consejería también ha recordado que se mantiene la colaboración con comunidades limítrofes y Portugal, que se ha aumentado el número de horas de trabajo de los profesionales y que pondrá en marcha un APP para que los ciudadanos sepan usar el medio natural y estén protegidos en todo momento ante posibles incendios.
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