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La pelota sigue botando entre los tejados del Partido Popular y el Partido Socialista. Y así lo lleva haciendo más de una década. Han sido 14 años desde que el tren dejó de atravesar la capital leonesa para convertir en terminal el apeadero de La Asunción y dejar cerrada la estación de Matallana.
La mayoría absoluta del PP en el Senado ha sido la encargada esta vez de llevar a la Cámara Alta una propuesta para poner en servicio los dos kilómetos entre la Universidad y Padre Isla. Misma mayoría absoluta que en 2017 rechazaba la moción del Partido Socialista para recuperar la línea, cuando gobernaba Mariano Rajoy, queriendo incluir una enmienda de modificación que no fue aceptada.
Siete años después y la línea en el mismo punto. Socialistas y populares han vuelto a debatir en el Senado sobre este tramo de la línea que lleva proyectado desde 2011 y para el que ambos gobiernos -primero con Rajoy y después con Sánchez- han sido incapaces de sacar adelante.
De hecho, el actual alcalde de la capital leonesa, José Antonio Diez, se veía «sorprendido» por esta iniciativa que defendía su antecesor en el cargo, Antonio Silván. «Llueve sobre mojado», exponía el regidor socialista que no entendía el valor añadido de la moción popular en este 2024.
Silván ejerció de portavoz del PP, con mayoría absoluta, para presentar esta moción que rechazaba la propuesta del Ministerio de Transportes de convertir «en un corredor verde» el tramo La Asunción-Estación de Matallana, un planteamiento que recibía el beneplácito de Diez y que se topó con una moción en contra en el Ayuntamiento de León presentada por PP y UPL.
El juego de pelota político choca de frente con la reivindicación vecinal que este domingo, 17 de noviembre, saldrá a las calles de León para mostrar su indignación por la situación que vive la línea de ancho métrico.
De hecho, Silván ya vivió como alcalde una gran concentración en defensa de la León-Guardo que ahora, años después, pide desde el Senado que el servicio público ferroviario alcance el centro urbano, tras una inversión superior a los 20 millones de euros para tender una vía que nunca ha sido utilizada y construir apeaderos a los que nunca se han subido viajeros.
La única diferencia en estos siete años desde la anterior moción a la actual ha sido el cambio en el Gobierno central. El PP cedió el paso al PSOE y Graciliano Palomo -que defendió la moción en 2017- ha cedido la palabra a Antonio Silván -alcalde popular de León en ese momento-. El exregidor clamaba ahora desde el púlpito por convertir la línea «en una verdadera línea de cercanías» y que se apruebe la normativa tranviaria que lleva una década bloqueada y siendo arma arrojadiza entre ambos partidos.
También ironizó sobre las palabras del ministro Óscar Puente que aseguraba que el tren «está en el mejor momento de su historia» y le pedía que cumpla con León, afirmando, una vez más, que la llegada del AVE a León -encargada a Adif bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- se produjo gracias al PP. Otra pelota que bota entre tejado y tejado de la política leonesa en Madrid.
Silván se comprometió a llevar «cuantas mociones sean necesarias» para que Sánchez entre en razón y apoyen «lo que apoyaban en la oposición» para que el tren de Feve regrese al centro de León. Quizá la pelota, en 2026, vuelva a su propio tejado.
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