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Una imagen de la serie 'El Juego del Calamar'.
El juego del calamar

El juego del calamar

En los Presupuestos Generales del Estado León siempre pierde, da igual su cúmulo de necesidades, su crítico momento, a la provincia siempre le toca la peor parte

J. Calvo

León

Miércoles, 13 de octubre 2021

'El juego del calamar' se ha convertido en la serie más vista de la plataforma Netflix. El secreto de su éxito se esconde en la desigualdad, las miserias y la ruina de unos pocos en beneficio, se supone, de otros.

En la pantalla, ... 'el calamar' va aplastando a quienes siempre pierden y mantiene con vida a otros grupos que van imponiendo su fuerza o su habilidad en los juegos que delimitan la fortaleza de cada uno de ellos.

Y ahí, la realidad del propio juego. Siempre pierden los mismos, los más débiles, los arrinconados, los que cometen más errores, los que no saben jugar sucio, los que caen en las trampas y quienes se hunden cuando la carrera se hace más complicada.

En ese juego de calamidades Netflix podría haberse ahorrado recurrir al mercado asiático para dar contenido a 'El juego del calamar', León habría cubierto ese papel sobradamente.

León siempre juega con las peores cartas, siempre. Es demasiado complaciente con la clase política, no tiene peso específico ni en la balanza autonómica ni en la nacional, nunca protesta, es aparentemente conformista con la calamidad y, sobre el papel, se rinde sin problemas. No hay peor escenario. Como los niños que se acostumbran a los azotes, así es León, y así está León.

En 'El juego del calamar' León jamás ganaría. El refrendo ha llegado este miércoles y, como el juego, esta provincia siempre pierde.

Esta vez la derrota ha llegado en los Presupuestos Generales del Estado, inversión de carácter capital para la provincia. Los números son desoladores. Nada para la autovía León-Valladolid, nada para el teatro Emperador, nada para el cierre de las rondas de la ciudad, nada para el palacio de Exposiciones, la Ponferrada-La Espina o la Ponferrada-Orense, nada solvente para Torneros, para el Hostal de San Marcos, nada sobre el Parador de Villablino y nada para proyectos de descentralización o para elevar la capacidad industrial. Nada, pero nada de nada porque la miseria no cuenta.

León, en plena decadencia y sin recursos de reactivación, sufrirá un recorte presupuestario sin precedentes en estos presupuestos. Cae el 22,3% respecto al ejercicio anterior hasta alcanzar los 176,3 millones de euros frente a los 227 millones que le precedían.

La provincia ve así cómo 50,7 millones de los previstos para esta provincia vuelan hacia otros escenarios seguramente más políticamente interesantes.

Aseguran los líderes socialistas locales que cuando «al PSOE le va bien a León le va bien». Pues a León no le va bien, eso sí salvo para aquellos que quieran apostar a perdedor en 'El juego del calamar'. Y ahí, en el pelotón de los condenados, sí es un valor seguro.

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