Borrar
Lucas González es el director mundial de Ingeniería de Fabricación de Siemens Gamesa, con centenares de trabajadores a su cargo repartidos por todo el mundo. Sandra Santos

El joven ingeniero que triunfa en todo el mundo: «La bandera de León me la llevo a todas partes»

Lucas González es el director global de Ingeniería de Fabricación de la multinacional Siemens Gamesa con tan solo 33 años | Estudió en la Universidad de León, es amigo de la astronauta Sara García y se consideraba «un mal estudiante» al que el inglés, entrar pronto al mercado laboral y la libre disponibilidad han llevado a la élite mundial de la ingeniería

Domingo, 22 de enero 2023, 09:21

Hace solo unas semanas, el foco mediático recaía en Pablo Álvarez y Sara García, los dos nuevos astronautas de la ESA. Dos leoneses que triunfaban en Europa y eran los elegidos en una de las pruebas más duras del mundo. Un caso de éxito de dos estudiantes de la Universidad de León que, sin embargo, no es el único.

Con solo 33 años, el joven leonés Lucas González es ya el director mundial de ingeniería de fabricación de la multinacional Siemens Gamesa, encargada de desarrollar la industria de la energía eólica a través de palas de viento.

Del FabLab a conquistar el mundo

Una carrera relámpago que inició con unas prácticas universitarias en el FabLab y que desarrolló en la provincia, en la extinta fábrica de Vestas en Villadangos, en un puesto de ingeniero junior. Tenía solo 23 años y, tres años después, la empresa le colocó como responsable de un proyecto de ingeniería. Con 26 años, Lucas cogía su primer puesto de liderazgo. «Para mí fue bastante pronto, pero bueno. Tuve la suerte de que estaba en el lugar y en el momento adecuado», confiesa con humildad.

Galería. Lucas González acude a una entrevista en la sede de leonoticias.

Ver fotos

Galería. Lucas González acude a una entrevista en la sede de leonoticias. S.Santos

Desde ese momento, puso una nueva dirección a su carrera, muchas veces obligado por las circunstancias. En 2018, Vestas abandona León y, a sus 29 años, le ofrecen recolocarse en el centro de desarrollo de Oporto -Portugal- en similares condiciones. Comenzaba la escalada en su vida laboral.

Comenzó a moverse en el mercado y pronto le llegó la oportunidad de girar alrededor del mundo. Le ofrecieron montar un nuevo equipo de ingeniería en China. «Me apetecía probar cosas», asegura.

Pero no quedó ahí la cosa. Meses después, nuevo cambio de continente. Esta vez, en Australia. En 2019 se ofreció voluntario para un puesto en la fábrica de Vestas en el país oceánico hasta que irrumpió la covid-19 y tuvieron que cerrar. Sin embargo, su decisión no fue volver a casa, sino dar una vuelta de tuerca más y quedarse en Dinamarca, sede de la marca a la que llevaba vinculado durante toda su vida laboral y donde residía su hermano.

La llamada de Siemens Gamesa

El golpe de suerte final le llegaría en 2021. Lucas quería volver a casa y una llamada le pilló por sorpresa. «Siempre quise volver porque soy muy de León. Me gusta mucho viajar, estar por ahí, he estado en mi sitios y me encanta probar cosas nuevas, pero al final siempre me gusta un poco volver a casa». Esa llamada para volver a casa era de Siemens Gamesa. «Me ofrecía un puesto de responsable de toda la ingeniería de fabricación. Colgué y llamé a un amigo que me dijo si estaba seguro de lo que había escuchado. Me ofrecieron irme a Pamplona, de responsable de todo y yo solo tenía 31 años», explica aún emocionado recordando aquel momento.

Lucas, durante su encuentro con leonoticias. S.S.

Lucas es ahora, a sus 33 años, el 'head of global manufacturing engineering' de Siemens Gamesa o, lo que es lo mismo, el director mundial de ingeniería de fabricación, con centenares de ingenieros a su cargo y llevando el desarrollo de todas las fábricas de ensamblaje de España, Brasil, Estados Unidos, India, Dinamarca, Alemania, además de la que están abriendo en Taiwán..

Tres ingredientes de su aventura

Y a pesar de su brillante carrera, ante su descarada juventud, reconoce que nunca tuvo «una ambición desmedida». Lo reconoce, y lo demuestra. «Soy una persona muy, muy, muy normal». Para encarar sus sucesivos proyectos nunca ha tenido fijación por el tema económico, lo que sí ha sentido la necesidad de responder a cada reto de forma positiva y lo achaca a ser muy joven. «He sido bastante proactivo y valiente arriesgándome a coger esas oportunidades, irme a sitios, meterme en 1.000 berenjenales que luego han hecho que aprendiera mucho y tuviera oportunidades muy buenas». De hecho, insiste en que él nunca fue «un buen estudiante» y que necesitó más años de la cuenta para sacar adelante su grado. «No fui un alumno ejemplar y no tenía expectativas de que me fuera a ir especialmente bien». Eso sí, a medida que iba avanzando, se lo fue creyendo y cada paso que daba se veía «perfectamente capaz de hacerlo».

En la coctelera de su éxito mete tres ingredientes: quizá, el más importante sea su alto nivel de inglés; después, haber empezado a trabajar muy pronto, desde el día siguiente a salir de la Escuela de Ingenierías; y, por último, tener disponibilidad para embarcarse en todas sus aventuras. «He estado dispuesto a sacrificar un poco ciertas cosas de la comodidad, pero lo hacía con 26, 27 y 28 años y sin mujer ni hijos ni pareja estable. Decía, ¿me voy a China?, pues me iba a China; ¿que me llaman de Australia?, me voy a Australia».

Lucas González es el responsable mundial de ingeniería de Siemens Gamesa. S.S.

En su lado más personal, por casualidades de la vida, este joven leonés es amigo de la astronauta Sara García. Estudiaban juntos en El Albéitar, un espacio de encuentro de la comunidad universitaria en León, donde se forjó una bonita amistad a base de coincidencias. «Tenemos la misma edad, somos de León y aquí todos nos conocemos, tenemos amigos en común y llevamos años de amistad».

La Universidad de León, fuente de éxito

Comparten gustos y compartieron universidad. Ambos se formaron en la Universidad de León, cada uno en su rama de la ciencia, y ahora este ingeniero lamenta que no se disponga de una red de contactos entre egresados de la institución académica. «La Universidad de León tiene una calidad educativa muy buena, pero quizás la parte de comunicación para crear esas redes es lo que falta». Pide que se promueva la colaboración con empresas, aunque sea de fuera de la provincia, y lamenta que se haya ido «retroalimentando durante muchos años» una tendencia menguante. «León se ha ido desindustrializando y se han ido fugando todos sus cerebros debido a que no hay un tejido industrial y empresarial que favorezca que se queden».

Sobre el porvenir de la provincia, Lucas también se moja. Cree que cualquier proyecto que llegue debe ser viable sin necesidad de subvención, ya que solo así permanecerá. Y ve razonable abrir negocios relacionados con la telecomunicación, algo que se puede descentralizar y aprovechar las sinergias de una universidad potente.

La bandera y la comida

Ahora, es él uno de esos cerebros que ha podido regresar a León, al menos una semana al mes. Su trabajo se lo permite. «Siempre intento estar una semana en casa, que no tengo que viajar, y aunque alguna vez me toca ir a Pamplona, sí que intento estar en León». Asegura tener un balance «bastante bueno» entre tener una vida personal «decente» y poderla compaginar con su trabajo.

En sus viajes hay dos cosas que nunca fallan: la bandera de León y la comida. La primera le acompaña en la maleta y la ha colgado en cada nuevo hogar que ha ido teniendo; la segunda, se encarga su madre de enviársela a cada destino. Lucas espera ahora que su vida entre en fase de estabilidad, poder permanecer en su tierra el mayor tiempo posible. Aunque, nunca se sabe, quizá mañana suene el teléfono y la bandera tenga que volver a ser doblada en la maleta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias El joven ingeniero que triunfa en todo el mundo: «La bandera de León me la llevo a todas partes»