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Las calles de León no superan desde hace meses 'la prueba del algodón'. La situación ha sido reconocida por el propio alcalde de la ciudad, José Antonio Diez, quien en un empeño por solventar esa visión ha apostado por reforzar el servicio con personal eventual.
Pero ¿todos los males de la limpieza derivan de una limitada plantilla? No, al menos para la Agrupación Sindical Independiente del Ayuntamiento de León (Asial) quien ha optado por trasladar a la Fiscalía de León las notables irregularidades que aprecian en la gestión de este servicio y que, por extensión, provocan un mal funcionamiento del mismo.
El resumen de la amplia documentación que el sindicato deja sobre la mesa de la Fiscalía apunta a innumerables irregularidades visibles en su desestructuración, notables irregularidades en su gestión y posibles «pagos irregulares».
El servicio, se recuerda desde Asial, está formado en la actualidad por 160 trabajadores fijos y algo más de cuarenta eventuales. Sin embargo, en su día a día operan casi una treintena de trabajadores menos, en su mayoría «ausentes por baja psicológica».
Además la estructuración de sus trabajos se realiza con la presencia de dos capataces y un ayudante de servicios cuando, en realidad, deberían contar con nueve capataces y tres ayudantes de servicio.
El problema radica, recuerda el sindicato en su denuncia, que de forma completamente irregular peones del servicio son 'reclutados' para cumplir funciones de capataz sin la correspondiente cualificación pero con remuneración.
Esa asignación de funciones fuera de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) del Ayuntamiento de León se realiza atendiendo a un criterio personal y no laboral originándose una discriminación dentro de la plantilla.
«Tú me caes bien y eres de mi sindicato y te hago capataz. Te lo justifico en un papel y que te paguen por ello», recuerdan desde Asial en una denuncia que ha provocado un terremoto en los cimientos del servicio.
Esa 'afinidad sindical' que sirve para premiar a los afines se usa al mismo tiempo para castigar a los no afines. Y así quien no simpatiza con quien ordena los nombramientos siempre temporales termina siendo discriminado en sus funciones hasta alcanzar situaciones sorprendentes: existen capataces que solo tienen dos trabajadores a su cargo.
Con la jefatura de servicio vacante y con una aparente relajación en los órganos de control se observa, en la documentación de Asial, cómo algunos trabajadores son premiados en sus funciones hasta el límite, y el límite es que cobran retribuciones que superan el convenio ampliamente.
Las irregularidades se multiplican con peones que realizan sobre el papel horarios más allá de lo legal, otros que perciben retribuciones por -así se justifica- trabajar todos los días de la semana y en varios turnos y algunos por doblar esos turnos o estar en guardias con la única misión de tener el móvil encendido.
En el servicio de limpieza nadie ficha de de forma digital y todo funciona con partes que se rellenan 'ad hoc'. Otra prueba, se remarca, de la facilidad con la que se pueden alterar tarear y cumplimiento de las mismas.
De este modo se puede observar que peones de limpieza pueden recibir hoy en el Ayuntamiento de León retribuciones netas «por encima de los 3.000 euros» con una extraña combinación de turnos y tareas encomendadas.
Esas retribuciones resultan tan altamente sorprendentes como el hecho de que en este servicio la figura de conductor no sea una específica, sino que la misma se adjudique de forma arbitraria a diferentes trabajadores. «Trabajadores que luego se pliegan para no perder esa condición», también se advierte.
Todos estos desequilibrios, tan notables, han sido trasladados por Asial dentro de la estructura jerárquica municipal «pero nadie se ha querido reunir con nosotros» lo que ha llevado a que la documentación ponga rumbo a la Fiscalía con el fin de esclarecer lo que para el propio sindicato es el oscuro de un área municipal vital y hoy, según su advertencia, completamente fuera de control.
Desde Asíal se remarca que todos sus escritos «están orientados a que todos los trabajadores tengan idénticos derechos a la hora de promocionarse, y de alcanzar la meta laboral que consideren, y esa es nuestra pretensión». Esa motivación y no otra, advierten, es la que ahora ha marcado su decisión de llevar el caso a la Fiscalía de León.
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