El invierno pone a prueba el «reparado» ILS del Aeropuerto de León

Más de una decena de vuelos sufrieron los problemas de la avería que durante el pasado invierno puso en jaque el normal funcionamiento del Aeropuerto de León.

El ILS, el sistema que permite el aterrizaje de aviones en situaciones de baja visibilidad -especialmente por la niebla-, estuvo estropeado durante varias semanas y causó diferentes incidencias. Los pasajeros tenían que ser derivados a otros aeropuertos como Valladolid o Asturias y otros se tenían que quedar en tierra al no disponer de aeronave para despegar desde La Virgen del Camino.

Cada usuario que se quedaba sin volar le costaba a Aena 250 euros de indemnización y desplazamiento a otra terminal para poder partir en un viaje que se convertía en toda una odisea para muchos leoneses. Entre los afectados estuvieron los reyes Felipe VI y Letizia.

Según se ha informado a Leonoticias, el Ejército del Aire y del Espacio, encargado del mantenimiento del aeródromo militar y de este sistema, «lo reparó en su momento y no ha habido más incidencias», reconocen desde Aena. Esto se ha visto favorecido por la llegada de la primavera y el verano y la mejora de las condiciones climatológicas.

Las primeras nieblas que se han vivido estos días en el alfoz de la ciudad de León, donde se ubica el aeropuerto, han puesto a prueba la intervención en el ILS, que ha hasta el momento no ha registrado problemas que hayan trascendido.

El ILS es un sistema que emite señales radioeléctricas a los aviones para permitirles tomar tierra, dándoles información totalmente fiable, sin visibilidad vertical por causa de niebla o nubes bajas.

El Aeropuerto de León dispone de un sistema de ayuda a la navegación ILS (Instrumental Landing System) categoría I, que permite a las aeronaves aterrizar con seguridad en condiciones de baja visibilidad.

Este sistema facilita operar con una visibilidad mínima vertical de 200 pies (61 metros) y un alcance visual de 800 metros.

Para operar con un ILS tanto las aeronaves como las tripulaciones tienen que estar habilitadas para hacerlo y la última decisión siempre es del comandante del avión.

Hay que destacar también que cada compañía aprueba sus propios procedimientos de operación y pueden establecer alturas de decisión superiores a la mínima que se establezca en las maniobras publicadas para operar con estos sistemas en el aeropuerto.

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