No habrá sido la primera ni la última vez que habrá escuchado eso de no dejar sustancias tóxicas al alcance de los niños. Y no resulta un mero aviso como confirman los datos del Servicio de Información Toxicológico (SIT). Durante 2022 se atendieron 502 consultas ... en León, lo que supone un leve descenso respecto al año anterior en el que se contabilizaron seis llamadas más. A resaltar que, del total de consultas, las personas de hasta 5 años protagonizaron el 32,3% de las mismas.
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El perfil mayoritario es la de intoxicaciones producidas de forma accidental con medicamentos ingeridos por vía oral. Además, afecta más a las mujeres con 268 casos, lo que representa el 53,4%, frente a 223 hombres con el 44,4%.
A la cifra de 162 consultas de personas de hasta 5 años la sigue la comprendida entre 40 y 49 años con 52 casos. Solo en las edades de hasta cinco años, de 6 a 10 y de 50 a 59 se contabilizaron más consultas en hombres que mujeres.
El 55% de las consultas fueron de personas adultas de más de 18 años, aunque destaca también que un 19,9% se debía a una intoxicación de niños de entre 3 y 12 años y otro 18,9% de lactantes de entre 0 y 2 años, siendo un 3,8% las relacionadas con adolescentes de entre 13 y 17 años.
Casi la mitad de las consultas se debió a una intoxicación, mientras que el consumo de una doble o triple dosis estuvo detrás del 18,3%. Las menos frecuentes en la provincia fueron por un error en la posología en el 5,2% de las consultas, por medicación a otro paciente en el 2,6%, repeticiones de llamadas en un 2,4%, un error en la vía de administración en un 1,4% y el 21% restante se debió a otros motivos.
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La mayor parte de los casos, el 86,7%, fueron por un hecho accidental, mientras que el 8,6% fue de origen voluntario y el 3,6% fue por un hecho laboral.
En la práctica totalidad de las consultas, el 99,6%, no se habían combinado productos y solo en el 0,4% había dos tipos de productos. Atendiendo a los tipos de productos involucrados en las intoxicaciones, los medicamentos son las sustancias predominantes en el 51,6% de las consultas, junto con los productos de limpieza (el 22,3%), productos del hogar (el 7,4%) y cosméticos (el 5,6%).
El consumo de estos productos se debió a fundamentalmente por vía oral con el 79,7%, seguido por la inhalatoria (8,8%), la cutánea (4%), la mucosa ocular y la mucosa bucal con el 3,6% ambos casos.
Según refleja el informe, la estimación de la gravedad de las intoxicaciones fue de sintomatología leve (59,8%), mientras que con sintomatología moderada fueron el 19,9% y asintomáticos el 15,1%. Con sintomatología grave únicamente fueron un 1,6%.
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En cuanto a la formación de las personas que realizaron las consultas, la mayor parte no tenía formación sanitaria (el 69,3%), mientras que médicos de urgencias se encargaron de realizar el 15,9% de las mismas, un 8,2% fueron establecidas por el pediatra correspondiente y un 3,8% por el médico general.
«Somos química y todo lo que nos rodea también lo es. Usamos la química para nutrirnos, crecer, pensar, sentir y procrear y al mismo tiempo estamos rodeados de compuestos químicos», señala el catedrático de la ULE y miembro del Área de Toxicología, Carlos García Estrada.
Del mismo modo, destaca que los tóxicos suelen tener una circulación restringida entre la población, pero a veces se ingieren de forma voluntaria para estimularse o evadirse de una realidad no deseada, o porque son medicamentos que, al no utilizarse de acuerdo a la prescripción, pueden pasar de ser «ángeles a demonios». Pero algunos compuestos químicos están al alcance de todos porque nos son útiles y no existen alternativas a los mismos. «La exposición involuntaria a estos compuestos es siempre una urgencia médica que debe ser atendida con la mayor celeridad», añade García.
Una de esas sustancias tóxicas está compuesta por los productos de limpieza, que incluye a lejías, detergentes, amoniaco, lavavajillas, etc., el rango de edad más prevalente es el de menores de 6 años. «La fácil accesibilidad a estos productos – todos los tenemos en la cocina o el cuarto de baño – y la curiosidad infantil, facilitan su consumo indebido», expone.
En caso de producirse una intoxicación aguda, lo primero que hay que hacer es acudir a las urgencias hospitalarias e informar allí del producto o medicamento ingerido por el paciente, si fuera conocido. Los servicios de información toxicológica pueden ayudar sobre el riesgo y toxicidad de un producto y sobre la prevalencia de las intoxicaciones en nuestro país.
Pero, «no conviene olvidar que la exposición a pequeñas cantidades de un tóxico puede acumularse en nuestro organismo y permanecer en silencio durante años y ser la causa de enfermedades tan letales como el cáncer. Cuanto antes comienza la exposición más probable es que al final se desarrolle», admite García.
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