Un incendio vuelve a poner el foco en el edificio okupado de Doctor Fleming

Los Bomberos de León acudían con sirenas y varias unidades a la altura del número 19 de la avenida Doctor Fleming, en la capital leonesa, donde el humo había hecho saltar las alarmas sobre lo que estaba ocurriendo en el interior del bloque.

Los hechos ocurrían minutos antes de las 11 de la mañana de este 2 de enero. Los vecinos habían alertado de la situación y las dotaciones partían del parque municipal.

Una vez en el lugar, se pudo comprobar que se trataba de un pequeño incendio declarado en el interior. Un retén permanecía en el lugar para sofocar este conato que no se trata del primer incidente registrado en este piso que lleva okupado varios meses.

Se trata de una vivienda que ya ha sido foco de denuncias vecinales por la insalubridad y el mal estado en el que se encuentra, asegurando que a la presencia de ratas se han sumado moradores que accedieron al inmueble que había sido tapiado previamente. Todo tras la clausura en la que se alojaban en Laureano Díez Canseco, a pocas calles de esta nueva ubicación.

La Asociación de Vecinos Quevedo ha denunciado «más de una decena de veces» ante el Ayuntamiento de León esta situación. «Nos dicen que el problema es del dueño, que lo tiene que tapiar, pero alguna decisión tendrán que tomar ellos», expone Laurelino Ribera, portavoz de este grupo de vecinos que ya mostró sus quejas, y que recogía el Partido Popular, hace tiempo. De hecho, el historial de este edificio ya se arrastra desde el año 2020.

En el interior se está alojando «cada vez más gente» en una situación que ya es visible desde la avenida. Colchones y ropa se puede observar desde el exterior de las ventanas, completamente abiertas, que permiten acceder a estos okupas a diario. «Generan porquería y suciedad. Solo se dedican a beber y fumar y el movimiento de personas es muy extraño», sentencian.

Las primeras denuncias ya llegaron con el bar que se instaló en la zona baja y que era foco constante de conflicto con los vecinos de la zona debido al ruido que ocasionaban y las peleas. «Se quitó el bar. El edificio quedó limpio, pero rompieron las ventanas y han empezado a vivir allí», lamenta la asociación que viene denunciando esta situación.

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