Imagen de archivo de la habitación de un hotel.

Los hoteles de León afrontan el verano con previsiones optimistas del 80% de ocupación, similares a 2019

Las expectivas en el sector de la restauración son también positivas de cara a una temporada estival en la que las reservas de última hora y la persistencia de los altos costes vuelven a ser factores determinantes

Miércoles, 12 de julio 2023, 08:40

El sector hotelero de León afronta con «optimismo» los meses de verano, aunque «la incertidumbre» siempre está muy presente en un sector con gran dependencia de las reservas de última hora.

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Las expectativas iniciales son «muy buenas« y se espera superar los datos de 2022 ... e incluso rozar las de 2019. Así, en una primera previsión, la ocupación de los hoteles leoneses sería del 70% en el mes de julio, mientras que en agosto se rondaría el 85%.

Una estimación muy similar a la de un verano normal, como los anteriores a la pandemia de la covid-19, donde en el mes de julio la ocupación solía estar entre el 75 y el 80% y en agosto rozando el 90%.

Datos para «la esperanza» que se harán o no realidad en función del ritmo de las reservas que se vayan realizando con influencia directa de la climatología y de las llamadas de última hora, máxime en una zona de interior como León donde «los turistas no planifican con tanta antelación como sí sucede en los destinos de costa», subraya la gerente de Hostelería de León, Paula Álvarez.

Costes por encima del 40%

Un sector el de hostelería que además de los hoteles engloba también a los servicios de restauración leoneses. Bares y restaurantes de la ciudad que esperan un impulso a sus negocios tras unos primeros meses del año en los que «las cifras han estado en torno a un 10% por debajo de las registradas en 2022», señala la gerente de Hostelería de León. Precisamente, 2022 fue un año de «relanzamiento» y que supusieron una vuelta «a la normalidad» tras la tan complicada situación de 2020 y 2021.

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Las positivas expectativas de cara a la temporada estival se ven empañadas por la persistencia de los altos costes que, como señala Álvarez, se sitúan por encima del 40%, misma circunstancia que ya se produjo el pasado año. «Si todos los ciudadanos nos vemos afectados por la inflación, en el caso de los negocios de hostelería se agrava el problema». Pese a todo, «no se ha repercutido toda la subida en los clientes lo que conlleva que el margen de beneficio sea mucho menor que la facturación», reconoce.

Otra cuestión a la que ha hecho referencia la gerente es la dificultad de encontrar personal para dar una cobertura total del servicio. «La despoblación afecta a poder contratar gente, sobre todo a los jóvenes, una realidad que sufren otros sectores», destaca Paula Álvarez, una subida del gasto de contratación al que no pueden enfrentarse algunos negocios.

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